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Karl Lagerfeld inventa para Chanel el «barroco depurado»

Cerró el desfile con un vestido de novia embarazada, que lució Ashleigh Good

Karl Lagerfeld inventa para Chanel el «barroco depurado» afp

ana ureña

Las que quieran comprar un vestido de novia de alta costura lo pueden buscar en la sección de pre-mamá. Para los que no se hayan enterado, la moda es tener un hijo antes de casarse, a lo Carlota Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, o llegar al altar embarazada, estilo Lily Allen. Coincidencia -o no- todas son musas de Karl Lagerfeld, quien cerró su desfile de alta costura de Chanel con una novia en su séptimo mes de gestación y vestida de blanco. La modelo en cuestión es la top neozelandesa Ashleigh Good, una de las preferidas de Lagerfeld, que lleva contando con ella en sus últimos nueve desfiles.

Repite también la hermana pequeña de Kim Kardashian, Kendal Jenner (es su primer desfile de alta costura, pero su segundo para la Casa Chanel), que se está labrando una carrera digna de una top model de peso. Repercusión asegurada para el Káiser, porque si no es por lo de la novia «de penalti», será gracias al Instagram de alguien del clan Kardashian.

Aunque para ser justos, no hacía falta el distraer con artilugios mediáticos para asegurarse la cobertura en las redes sociales, porque la colección fue impecable en su diseño y en su ejecución. Desde la primera fila, Kristen Stewart, Jared Leto, Dakota Johnson, Alice Dellal y el director de cine Baz Luhrmann, tomaron nota de la nueva mezcla by Lagerfeld, el «barroco depurado». Aunque parezca imposible, por el simple hecho que las palabras son antónimos, la magia de Chanel lo convierte en realidad.

El logro de esta colección es que aún con todos los toques barrocos en los bordados y el espesor de las telas, como el tweed o el neopreno, las prendas tienen una sutil ligereza y parecen fáciles de llevar. Quizás el término para describirlas es «alta costura desenfadada». Pantalones bermuda de tweed, que el diseñador describe como shorts ciclistas reinterpretados, bajo faldas a juego, chaquetas sin costuras laterales con forma cocoon (crisálida) y vestidos sutilmente armados con detalles de pedrería. Para restarle formalidad, cada look se remata con sandalias planas «flip flop», con lazo al tobillo y tupés con flequillos despuntados.

Por su parte, Stéphane Rolland rompió con el formato desfile y optó por invitar a sus amigos y clientas al estreno de un corto protagonizado por su musa, la modelo Nieves Álvarez y dirigido por Diane Sagnier. Los que querían tocar los trajes podían hacerlo ya que estaban expuestos sobre maniquíes, además de poder ojear un catálogo que también tiene como única protagonista a nuestra modelo más internacional.

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