Hazte premium Hazte premium

La travesía de los Melnichenko, del lujo del megayate a un quirófano coruñés

La esposa de uno de los magnates rusos más acaudalados sufrió una apendicitis en alta mar

A la izquierza, Andrey, que distribuye su fortuna entre su amor por el mar y las obras sociales. A la derecha, su esposa Alekasandra EPA | EUROPA PRESS

P. A. RODRÍGUEZ

Hace meses que un megayate con hechuras de submarino y un valor que supera los 260 millones de euros surca la costa española. Su propietario es el magnate ruso Andrey Melnichenk o, que en julio inició una travesía por aguas del Mediterráneo que lo llevó a desembarcar en Denia y Jávea. En septiembre, el acaudalado empresario realizó una parada de cuatro días en compañía de su esposa en un puerto cercano a San Sebastián, donde el llamativo yate se convirtió a las pocas horas en objeto de todas las miradas. Y no es para menos, porque esta imponente embarcación está considerada una de las más lujosas del mundo . Diseñado por Philippe Starck , cuenta con una cama capaz de girar 360 grados sobre sí misma, ubicada en un camarote acristalado de 230 metros cuadrados.

El superyate –que tuvo como siguiente destino el litoral gallego– dispone de tres piscinas, una discoteca y un helipuerto, además de espacio para una veintena de huéspedes y una tripulación de más de 40 integrantes. Llenar su depósito no baja de los 400.000 euros por recarga y su mantenimiento anual es de 20 millones de dólares. Una cantidad asumible teniendo en cuenta que Melnichenko es uno de los hombres más ricos de su país y ocupa el puesto 139 en la lista «Forbes». Su fortuna personal supera los 10.000 millones de dólares y sus activos incluyen acciones en la mayor empresa de fertilizantes minerales del mundo, entre otras.

El megayate cuesta 260 millones y dispone de tres piscinas y una discoteca, además de un helipuerto EFE

Casados desde 2005

Amante de la navegación y de los parajes costeros, Melnichenko y su mujer – Aleksandra , una cantante y exmodelo rusa de 39 años– contrajeron matrimonio en el sur de Francia en 2005. El enclave elegido fue una espectacular villa de su propiedad llamada Altair. Desde entonces son frecuentes los desplazamientos en barco de esta pareja que, según algunas informaciones, podría estar esperando su primer hijo. Fue precisamente una indisposición médica la que a principios de esta semana obligó al megayate a atracar en el puerto de La Coruña de forma inesperada. La idea era detenerse en Bayona (Pontevedra), pero un fuerte dolor de abdomen mudó en cuestión de minutos los planes de la pareja. Finalmente se trató de una apendicitis que acabó con la exmodelo en un hospital privado de la urbe herculina. Aunque desde el centro evitan ofrecer datos sobre la estancia de los Melnichenko en la clínica, sí ha trascendido que los dos hicieron gala en todo momento de su discreción, evitando destacar entre el resto de pacientes.

Recuperada de la intervención, que no tuvo mayores repercusiones para su salud, la esposa del magnate espera ahora a recibir el alta para volver a embarcarse en el A, aunque se desconoce si este leve problema de salud modificará la ruta del matrimonio y apurará su regreso a Rusia, desde donde Melnichenko gestiona todos sus negocios. Con 44 años y un imperio a sus pies , el magnate ruso no solo dedica su fortuna a construir barcos –acaba de botar el Sailing Yacht A, el velero privado más grande del mundo con 143 metros de eslora–, sino que es uno de los mayores filántropos de su país. Así lo demuestra, al menos, el premio que el Gobierno ruso le concedió este mismo año por ser uno de los principales «inversores sociales» de Rusia.

Su nuevo yate Sailing Yacht, el velero privado más grande del mundo EPA | EUROPA PRESS

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación