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El silencio en torno al estado de Michael Schumacher pone en peligro su fortuna

La falta de ingresos ylos gastos médicos tras su accidente de esquí minan su patrimonio. Los amigos del campeón responsabilizan a su mánager del cerco

Vídeo: El piloto tuvo un accidente esquiando en diciembre de 2013.

ROSALÍA SÁNCHEZ

Hace ya tres años que Michael Schumacher sufrió el trágico accidente de esquí en los Alpes franceses y seguimos sin saber cómo está. Su mujer, Corinna (47 años), monopolizada por la mánager del piloto, Sabine Kehm , mantiene al paciente en un entorno humano herméticamente cerrado al que no acceden ni los amigos ni los socios del heptacampeón mundial de Fórmula 1. Estos demandan sistemáticamente cualquier información sobre la salud de Schumacher. A pesar de que las empresas para las que trabajaba han seguido apoyando al alemán, aunque no pudiese cumplir con sus compromisos de representación, el hecho de no disponer siquiera de datos generales sobre su estado ha ido incomodando progresivamente a los patrocinadores , y su paciencia se está agotando.

Las dos últimas marcas que han retirado su apoyo a la leyenda de la Fórmula 1, esta misma semana, han sido el fabricante de relojes Audemars Piguet, que incluso ha retirado de su colección una línea de relojes en honor de Schumacher, y el fabricante de puertas alemán Hormann. Dos nombres más que tachar en la lista de patrocinadores, de la que habían desaparecido ya Jet Set, Navyboot, Rosbacher y Erlinyou. Otros, como Kaiser, han renegociado el contrato a la baja, a la espera de una decisión definitiva. El único incondicional parece ser el de Deutsche Vermongensberatung, que también respalda la carrera automovilística de su hijo Mick.

Lejos del campeón

Incluso las empresas que han prorrogado los contratos se quejan discretamente de la falta de información , y los seguidores de Schumacher que intentaron acudir a rendirle homenaje el pasado 3 de enero, fecha en la que cumplía 48 años, fueron despedidos con cajas destempladas. Ni siquiera se permitió acercarse a la casa a una delegación cargada de regalos y muestras de apoyo llegadas de todo el mundo. Kehm insiste, escudada en la necesidad de preservar a la familia del acoso mediático , en que la salud del piloto «no es un asunto público», pero el argumento pierde fuerza por momentos.

«Ya es hora de que digan la verdad a los aficionados», ha dicho finalmente el que fuera su representante en los mejores años de la carrera de Schumacher, Willi Weber , apodado «Mr. 20%» y una autoridad en el mundillo de la Fórmula 1. «He estado batallando durante un largo tiempo porque la familia Schumacher no está contando toda la verdad, pero es como darse con la cabeza contra la pared, no escuchan mi consejo», ha lamentado en una entrevista con la revista alemana «Bunte», una de las demandadas por haber informado sobre el parte médico.

El primer diagnóstico tras la caída fue de traumatismo craneoencefálico , hematomas intracraneales y edema cerebral difuso. Incluso la mejor de las perspectivas era muy preocupante. Schumacher fue sometido a dos operaciones y permaneció en coma inducido durante seis meses, del que fue recuperado en junio de 2014. Después de eso solamente se han difundido rumores . Su amigo Ross Brawn, con quien ganó sus siete títulos en Benetton y Ferrari y con quien levantó la escudería Mercedes, es uno de los pocos que han pisado la casa de Glend, en Suiza, en la que reposa rodeado de un ejército de médicos y guardaespaldas. Lo único que acertó a decir es que «la familia no pierde la esperanza». Y gracias a la demanda presentada por su abogado Felix Damm contra la revista «Bunte» el pasado 19 de septiembre, sabemos que su peso ronda los 50 kilos y que no puede caminar. Punto.

Confidencialidad

El equipo médico de 15 personas coordinado por el prestigioso profesor Richard Frackowiak firma una estricta cláusula de confidencialidad y supone un gasto de unos 140.000 euros semanales, según la prensa alemana, aunque se calcula que el montante total del tratamiento desde el día del accidente ha superado ya los 20 millones de euros. En este contexto, la pérdida de sponsors puede dejar a la familia en una situación muy delicada .

La fortuna de Schumacher estaba calculada en unos 600 millones de euros , pero algunas de sus inversiones han perdido valor en estos tres años y la posibilidad de que el piloto vuelva a aportar ingresos se va desvaneciendo. No está claro si Mercedes lo mantendrá como «embajador» de la marca, un contrato clave de 10 millones de euros anuales, y las otrora felices casas de vacaciones en Méribel (Francia) y Dubái se han convertido en una carga.

Corinna ha ido tomando difíciles decisiones, como poner a la venta el jet privado por 20 millones de euros, un Falcon 2000EX con capacidad para ocho pasajeros en cuya parte trasera del avión pueden leerse las iniciales de «Schumi», MS, y en el que solían desplazarse en sus vacaciones familiares con los niños. No menos dolorosa ha resultado la venta del Ferrari F2000, el bólido con el que ganó el Mundial en la mítica temporada 2000. Pero estas operaciones eran imprescindibles para hacer sostenible la situación, al menos hasta que Mick , que realiza un buen trabajo en su primera temporada de Fórmula 3 Europea, ascienda lo suficiente en el escalafón como para llamar la atención de los grandes patrocinadores.

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