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Ningún hijo de Boyer salió beneficiado en la herencia

Según el abogado Javier Ruiz los tres hijos están en igualdad de condiciones

Isabel Preysler y Miguel Boyer EFE

Beatriz Cortázar

Una vez más la herencia de Miguel Boyer vuelve a los titulares tras unas informaciones en okdiario donde se destaca que el difunto cambió su testamento justo después de sufrir un ictus y quedar convalenciente de una enfermedad que le dejó seriamente afectado.

Según esa fuente Isabel Preysler habría salido beneficiada en el tercio de libre disposición aunque no se detallan cuantías ni nada en concreto. Este asunto coincide en el tiempo con el deseo del hermano de Boyer, Christian, de tener completo el inventario del legado que el ex ministro le dejó encargado en su testamento para que actuara como albacea y repartidor con sus tres hijos.

Ayer el abogado de Isabel Preysler quiso aclarar que en el testamento de Boyer sus tres hijos, los dos que tuvo en su primer matrimonio con Elena Arnedo más Ana, fruto de su unión con Isabel Preysler, « están en igualdad de condiciones que era como su padre quiso que figurara en el testamento. Los tres tienen el tercio de la legítima y el tercio de la mejora en partes iguales por lo que no hay diferencias entre ninguno. Como cualquier herencia, el tercio de libre disposición se suele usar a veces para favorecer a personas o asociaciones con las que el difunto hubiera tenido relación. Puede ser alguna ONG con la que haya colaborado o familiares a los que se quiere ayudar y que no forman parte de la legítima», explica Javier Ruiz .

Desde que Christian Boyer recibió el encargo de la herencia lleva meses realizando el inventario en un proceso que considera es largo y eso que el ex ministro no tenía un patrimonio espectacular ni tan siquiera propiedades inmobiliarias.

« Lo más complicado de tasar es la biblioteca ya que hay miles de ejemplares y se tiene que hacer un estudio individual puesto que puede haber libros que apenas valgan un euro en el mercado de segunda mano y otros cien o quinientos. Hay muchos libros de matemáticas, de óptica y de viajes que eran las pasiones que tenía», explicaba Boyer que sigue con esa minuciosa tasación consciente de que cualquier error en su cometido podría salpicarle con el enfado de alguno de sus sobrinos.

«El resto de la herencia son pertenencias personales como los tres coches que tenía y que serán uno para cada hijo y recuerdos suyos dado que tampoco había dinero en su cuenta corriente hasta el punto de que Isabel tuvo que hacer varios ingresos durante sus meses de convalecencia ya que supuso unos gastos enormes», añade el letrado.

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