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La mujer de Cameron se pasa a la moda

Samantha lanza su propia línea textil, Cefinn, nombre compuesto con las iniciales de sus cuatro hijos

Samantha Gwendoline Sheffield junto a su marido David Cameron EPA
Luis Ventoso

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Samantha Gwendoline Sheffield , de 45 años, la aristocrática esposa de David Cameron , siempre superó a su marido en las encuestas de valoración. De gran cuna (se crio en un latifundio familiar de 121 hectáreas y es descendiente remota del rey inglés Carlos II) resulta sin embargo una persona próxima, afable, moderna y con los pies en el suelo. El drama de su hijo Iván , que nació con una parálisis cerebral profunda y murió en 2009, contribuyó también a hacerla cercana al público.

Ahora, cuando han pasado menos de cinco meses desde su salida del Número 10, Samantha Cameron quiere aprovechar su popularidad y su glamour para lanzar su propia firma de moda, Cefinn , nombre compuesto con las iniciales de sus cuatro hijos: Nancy (12 años), Arthur (10), Florence (6) y el malogrado Iván . La primera colección de 40 piezas, en cuyo diseño ha colaborado, saldrá a la venta en la próxima primavera, con precios que al cambio oscilan entre los 120 y los 360 euros. Ella misma hace de modelo de dos de sus vestidos en el último número de «Vogue», revista a la que ha dado la exclusiva al ser su hermana Emily la subdirectora. La ropa se venderá en los almacenes Selfbridges y en la web Net-A-Porter.

Samantha y Michelle Obama encarnaron a ambos lados del Atlántico una renovación en el porte de las primeras damas. Mantuvieron la elegancia, pero le restaron un poco de envaramiento al vestuario de Estado . En realidad ambas deben mucho a la diseñadora serbia Roksanda Ilincic , afincada en Londres desde 1999, a cuyos vestidos coloristas de faldas anchas recurrían constantemente.

Samantha parece querer explorar esa línea, pero a la inglesa: «Sentía que hay un montón de marcas francesas y americanas que se ajustan a la idea de diseño contemporáneo con el precio adecuado y el estilo correcto , pero no hay muchas firmas británicas que ocupen ese espacio». Para hacer sus pinitos revela que ha probado su ropa en muchas de sus amigas.

La exprimera dama británica estudió Artes Creativas en la University of West of England y no es ajena al mundo al que ahora se lanza. Antes de mudarse a Downing Street en 2010, trabajaba como directora de creativa de Smythson, una marca clásica de artículos de piel, maletines y material para la escritura . Fundada en 1887, tiene su sede central en Bond Street, calle comercial elegante de Londres. Lo cierto es que Samantha contribuyó a su reverdecimiento , abriéndola más a los complementos de moda y facilitando una exitosa expansión. Tras la llegada de su marido al poder se mantuvo solo como consultora a tiempo parcial.

Mientras tanto, el alicaído David escribe sus memorias y mantiene poca agenda pública tras el descalabro del referéndum, que el mismo propició y que le costó su carrera política. Libre ya del examen de la opinión pública y mediática , ha recuperado viejos hábitos de patricio inglés que había arrinconado para resultar más llano, como la caza y el club de caballeros de su padre , del que se había dado de baja quejándose de que no admitían a mujeres. En contra de su anuncio inicial, también ha renunciado a su acta de diputado, irritado por inesperada la purga de cameronistas que llevó a cabo su heredera May nada más llegar al poder.

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