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Martin Chavez, el capo de Wall Street que rompe moldes

Latino, gay y obsesionado con la transparencia, acaba de ascender a la cúpula de Goldman Sachs

Martin Chavez posa en su despacho de Goldman Sachs, en Manhattan
Javier Ansorena

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En la oficina de Martin Chavez , en el rascacielos que Goldman Sachs tiene a un paso de Wall Street, hay una pelota de baloncesto. Pero el director tecnológico del banco de inversión más poderoso del mundo, que asumirá el cargo de director financiero dentro de unos meses, no tiene ninguna afición por la canasta. El pasado verano explicaba la presencia de este objeto en su oficina en una entrevista con el diario «The New York Times»: «El baloncesto es algo que tiene que ver tan poco conmigo que decidí ponerla para que la gente se preguntara “ ¿qué hace Marty con un pelota de baloncesto en su oficina? ”».

Quizá es la forma en la que Chavez, de 52 años, se ríe de sí mismo: muchas veces se le define por lo que no es . No es blanco, no es heterosexual y no es judío, y eso le convierte en una rareza en la cúpula de Goldman Sachs , el banco más poderoso del mundo. Tampoco le cuesta mostrar sus brazos tatuados, ni hablar de su marido y los dos hijos que comparten (con madres subrogadas en California) ni recordar las sesiones de Alcohólicos Anónimos a las que asistió en los años 90, cuando acabó centrifugado por el frenesí de las finanzas de Wall Street y de la escena gay neoyorquina.

Chavez es hoy la imagen más refrescante de un banco que ha simbolizado todos los males de la industria financiera y cuya reputación todavía no se ha recuperado del todo de la crisis financiera de 2008. Desde 2013 está al frente de la división de tecnología de Goldman Sachs , la que más trabajadores concentra en el banco, con cerca de 9.000 ingenieros e informáticos.

Ahora, la marcha de Gary Cohn , hasta hace poco presidente del banco, al recién estrenado Gobierno de Donald Trump ha movido fichas en la entidad y él ha sido una de las que han dado un agigantado salto hacia arriba. El gran jefe del banco seguirá siendo Lloyd Blankfein, su consejero delegado, pero la vacante en la presidencia será asumida por dos figuras: David Solomon y Harvey Schwartz . Este último es el director financiero, cuyo cargo adoptará Chavez próximamente.

Chavez nació en Albuquerque, en Nuevo México, hijo de una taquígrafa de juzgado cuyos padres habían inmigrado de México y España a EE.UU. y de un ilustrador. Ninguno de ellos había ido a la universidad. Martin, el mayor de cinco hermanos, fue el primero en hacerlo, y por la puerta grande: fue admitido en Harvard para estudiar bioquímica . El entorno familiar debía de ser exigente, con la cultura de esfuerzo propia de una familia inmigrante. « Para llegar la mitad de lejos, tienes que trabajar el doble de duro », le decía su madre por su condición de hispano. Los cinco hermanos Chavez acabaron graduados en Harvard.

Doctorado en Stanford

Chavez regresó a la costa Oeste para estudiar un doctorado en tecnología de la información médica en otra de las joyas universitarias de EE.UU., Stanford . El día siguiente de leer su tesis, salió del armario, una apuesta por la transparencia que después defendería en su carrera profesional. Cuando daba los primeros pasos en el mundo «start up» de San Francisco, Goldman Sachs lo reclutó. Ascendió en el banco con rapidez, colaborando en la mejora de los sistemas informáticos para la negociación bursátil . Era la misma época en la que cayó en el abuso del alcohol. Dejó el banco para montar su propia empresa, Kiodex, que desarrollaba software para evaluar riesgos en inversiones en energía. Allí peleó para que los sueldos de los empleados fueran públicos, algo que tuvo mucha oposición y que finalmente desechó.

La venta de Kiodex le convirtió en millonario. Con 40 años, estaba jubilado en su mansión en Fire Island , un refugio gay de mansiones espectaculares en una isla en forma de barrera cerca de Nueva York. Pero Goldman Sachs volvió a por él . Lo dudó, pero aceptó regresar a Wall Street y lo hizo a tiempo de vivir en primera persona la crisis financiera y los reproches de familiares y amigos por ser parte de la industria.

Desde entonces, ha seguido mejorando los sistemas informáticos del banco y ha sido un defensor feroz de los derechos de los gais dentro de Wall Street . Como director financiero, su impacto será todavía mayor.

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