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El marcado estilo de Penny Clarke, la mujer de François Fillon

La posible futura primera dama francesa, esposa de François Fillon, tiene 61 años

Penny Clarke y François Fillon ABC
María Luísa Funes

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«Soy una pueblerina galesa», declaraba hace tiempo Penélope Fillon, cuando comparaban su perfil con el de Carla Bruni . Y esa misma naturalidad es la que la acompaña siempre en todos los sentidos, tanto en su discurso como en su presencia física. Penny Clarke, como le decían cuando era joven, nació en Abergavenny, un pequeño pueblo de Gales, hace 61 años. Cuando en los años 70 se marchó a trabajar a Le Mans para completar sus estudios de francés, conoció al que hoy es su marido, François Fillon . Al volver a la Universidad de Bristol, comenzó un noviazgo de idas y venidas en fin de semana entre Penny y François . Cuando le tocaba a ella ir a Francia, a veces la acompañaba su hermana Jane, que pronto se enamoró del hermano de François, Pierre. Penelope Kathryn Clarke y François Fillon se casaron en 1980 en una pequeña capilla galesa. Tres años después, Jane y Pierre hicieron lo mismo.

Fillon lleva en política desde los 27 años, cuando fue elegido diputado en la Asamblea Nacional y ha sido primer ministro de Francia durante la Presidencia de Nicolás Sarkozy. Penélope, que estudió también derecho, nunca lo ha ejercido y se ha dedicado a su familia de lleno. Tienen cinco hijos: Marie, Charles, Antoine, Edouard y Arnaud. Los cinco hablan inglés y francés indistintamente y la familia vive en un precioso manoir del siglo XII.

Personalidad rústica

Clarke no siempre ha sido muy «diplomática» en sus comentarios. Cuando su marido se convirtió en primer ministro, declaró a «The Guardian»: «Nunca he tenido morriña, pero a veces los franceses me exasperan por esa tendencia que tienen a sentirse superiores» . Para mejorar las cosas, lo remató precisando: «Todo el mundo cree que los británicos somos fríos y antipáticos, pero la verdad es que los franceses no son especialmente cálidos ni acogedores».

El estilo de Penelope Fillon es un fiel reflejo de esa personalidad algo rústica, natural y desenfadada. Su cabello gris, sin mechas, con un corte extraño y sin peinar en exceso, son el mejor reflejo de su temperamento. Reservada y casera, se ocupa de su familia y de sus caballos. Por el cargo de su marido, Penelope Fillon vivió en el palacio de Matignon desde 2007 a 2012, pero ello no cambió sus hábitos diarios ni su guardarropa.

Ahora que ejerce como vocal del ayuntamiento de Solesmes, y cuando parece a punto de entrar en el Palacio del Eliseo, los franceses se preguntan si les sabrá representar una británica que les considera antipáticos y engreídos. Que, además, suele llevar pantalones chicazo, zapatones burdos, camisas arrugadas y chaquetones grandes , sin un estilo cuidado y sin hacer uso de marcas francesas. Incluso en las cenas de más postín, Penny se ha decantado por sencillos vestidos negros con un estilo más cercano al luto que a la fiesta.

Sin maquillaje

Clarke Fillon no se maquilla, lleva los pantalones demasiado largos -apoyados en el empeine- y a veces sus zapatos no parecen excesivamente limpios. No luce joyas ni accesorios, y la única concesión a la moda francesa ha sido algún bolso Lady Dior en color negro. Ahora que su marido se postula como presidente de Francia, Penny ha aceptado por primera vez aparecer más a menudo en publico para apoyarle, con su personal consigna de la búsqueda de la igualdad hombre-mujer. Probablemente, una mujer natural, leal, inteligente y sin ínfulas, sea la mejor medicina para el orgullo francés.

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