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Lorenzo Quinn: «Si Cataluña se independiza, tendré que hacer números»

El hijo de Anthony Quinn es un enamorado de España, aunque confiesa vivir en la incertidumbre

Lorenzo Quinn en sut taller de Barcelona INÉS BAUCELLS

MARÍA GÜELL

Conoció España hace muchos años. «Vine por primera vez a rodar una película en la que interpretaba al hijo de Onassis, rodamos en Cádiz y en Mallorca, y me enamoré de este país». Más tarde, el cine también le trajo a Cataluña. «Trabajé en “Dalí” y “Terra de canons”, ambas producciones de Antoni Ribas» , recuerda Lorenzo Quinn . El hijo artista de Anthony Quinn reconoce que tuvo un flechazo con Barcelona. «Conocí a varios empresarios, uno me propuso hacer mis esculturas en joyas, y una empresa de mensajería, tras verme en el anuncio de Freixenet junto a mi padre durante la Navidad de 1996, me ofreció llevar mis esculturas por toda España».

Pero la verdadera razón por la que decidió instalarse aquí fue porque su mujer buscaba un buen ginecólogo que la atendiera en su segundo parto, tras una experiencia traumática en Nueva York con el nacimiento de su primer hijo. «Estamos hablando de hace veinte años; un amigo nos presentó a Santiago Dexeus y nos encontró una casa de alquiler bellísima en Castelldefels».

Después se mudó a otra vivienda, también en Castelldefels, y formó una hermosa familia (tiene tres hijos varones) afincada muy cerca del aeropuerto del Prat. « Yo me siento ciudadano del mundo », reflexiona en alto, mientras añade que «aquí se está creando un problema muy feo que viene desde hace tiempo. A mí me sabe muy mal; me parece absurdo que en el tercer milenio se pongan barreras».

¿Ha pensado qué haría si se declarara la independencia de Cataluña? «Depende… yo no soy ciudadano español. Tengo la doble nacionalidad italiana y norteamericana. Si llegara la independencia, no sé en qué lugar me quedaría. Tendré que hacer números, porque se están perdiendo muchas inversiones en Cataluña », responde. «Ahora se vive mucha incertidumbre y la gente no va a invertir cuando no se sabe qué va a pasar en el futuro».

Padres estrictos

Y añade: «No sé lo que pensará la gente, pero mis padres eran muy estrictos y yo he tenido que currar mucho para conseguir lo que tengo. Mi padre no me dejó herencia y todo lo que poseo, salvo una cosa, me lo he comprado yo. Mi madre, que murió hace pocos días, también era exigente».

Su estudio, sito en medio del polígono industrial de Viladecans, tiene unas dimensiones gigantes, a la medida de sus últimas esculturas. « Aquí tengo mi despacho, mi oficina, esta enorme sala, y delante está el taller. La fundición (Fundición Artística Vilà) está en Valls (Tarragona), donde trabajan 65 personas. Si no llegamos, contrato a más trabajadores en una fundición de Madrid».

La vida de un artista internacional también tiene una cotidianeidad. «Viajo mucho para visitar a clientes por todos los continentes. De las diez grandes fortunas del mundo, siete tienen obra mía. Cuando me quedo en Castelldefels, llevo a mi hijo al colegio y después me reúno con los empleados para solucionar los asuntos pendientes. Muchos días me voy a Valls a controlar la fundición, y cuando puedo me escapo a practicar mi pasión, que es el enduro, una modalidad de moto al aire libre que me permite conocer lugares recónditos». Pero el enduro no solo es una vía de escape, pues Lorenzo Quinn también compite. «Me encantan las motos. Ahora patrocino a un chico de Canet de Mar que se llama Joan Pedrero y a un equipo del Vallés. En breve compito en La Basella, y en julio voy a Rumanía. Además de mantenerme en forma, la moto me ayuda a olvidarme de mis problemas, porque todos tenemos problemas». Competir en el Dakar es un sueño lejano. Son palabras mayores y tiene su riesgo.

Escultura, pintura y joyas. El orden no altera el producto. «Estoy pintando cosas que me divierten mucho. La última novedad es que dibujo con mi huella dactilar. Hice la huella de Carlo Ancelotti y de Pelé, entre otros ». Denuncia el estado de salud de la cultura en España. «Este país tiene un problema serio con la cultura. Los artistas españoles tienen que salir fuera para ser reconocidos aquí dentro. No es mi caso, porque yo soy ciudadano del mundo. Pero veo las carencias que el arte tiene aquí».

Estudió Bellas Artes y Arte Dramático. «Por ahora el cine lo tengo apartado… De momento estoy centrado en el arte y me paso el día creando ; la suerte es que puedo trabajar en cualquier lugar. Cuando viajo cojo un papel en blanco y plasmo lo que pasa por mi mente». No es amante de internet, pero sabe que es un arma indispensable para darse a conocer y por eso invita a los lectores a que sigan su cuenta de Instagram (lorenzoquinnartist).

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