Isabel Preysler vuelve a hacer las maletas

Que la vida de Isabel Preysler ha dado un giro radical tras su relación sentimental con el escritor Mario Vargas Llosa es incuestionable. Mujer de gustos tranquilos, disfrutona del hogar y constante en sus cuidados, desde hace dos años Isabel podría sumar los días que ha pasado en su residencia de Puerta de Hierro y el resultado no distaría mucho del cómputo de jornadas que ha estado fuera de casa viajando por el ancho mundo en compañía del premio Nobel. Y esta semana ha vuelto a hacer las maletas para un largo viaje.

Un día después de que Vargas Llosa protagonizara uno de los Diálogos de ABC, la pareja se preparaba para partir hacia Bogotá. Esta vez es Isabel quien tiene que cumplir con sus compromisos profesionales : figurar en la apertura de una nueva sede de Porcelanosa en la capital colombiana.

De la misma manera que Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa protagonizaron su primer posado juntos en un acto de la firma de azulejos en Londres y, después, en Nueva York, su llegada a Bogotá no pasa desapercibida entre los medios locales, que siguen los pasos de una de las parejas más buscadas en España y Latinoamérica.

Pero Bogotá no es su único destino. Ya que han cruzado el Atlántico, aprovecharán para visitar otras localidades colombianas. Parece muy probable que permanezcan unos días en Cartagena de Indias, donde tienen buenas amistades y su siguiente escala podría ser la República Dominicana. El 7 de abril, en la isla caribeña se casará por tercera vez Jaime Polanco , en esta ocasión con la periodista colombiana María Alejandra Villamizar . Hay que recordar que Isabel fue una de las invitadas a la segunda boda de Polanco, cuando en el año 2009 celebró su enlace con Fiona Ferrer en Tenerife, en ceremonia que se convirtió en toda una alfombra roja a tenor de la cantidad de famosos que acudieron hasta la isla canaria.

El periplo americano acabará en Nueva York , donde aprovecharán para cumplir con otros compromisos. La ciudad de los rascacielos ha sido e scenario en diferentes ocasiones de su historia de amor y para el recuerdo quedan sus paseos por Central Park, un clásico para quienes quieren disfrutar de la primavera en Manhattan.

Y aunque Isabel siempre insiste en que no tiene ninguna necesidad de casarse con Mario porque ya se siente su mujer, lo cierto es que en su entorno más cercano hay quien piensa que este viaje podría terminar con sorpresa incluida, ya que no sería improbable que aprovecharan la distancia para oficializar su relación en alguna embajada o consulado español. Vargas Llosa ya le pidió matrimonio a Isabel hace meses y si no se han casado antes es por hacer las cosas totalmente en regla y obtener el último trámite que les faltaba en el registro de la localidad peruana de Grocio Prado, donde el escritor celebró sus dos bodas anteriores. «El día que me case será en una ceremonia muy íntima », suele repetir Isabel sobre este asunto.