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La hija del marqués de Larios, tras su desahucio: «No tengo techo ni sé qué será de mi vida»

Sandra Fernández de Villavicencio insiste en que ha sufrido rechazo por parte de su familia paterna por ser de madre judía y amenaza con pedir asilo en casa de su padre

Sandra atiende a los medios tras su desahucio José Ramón Ladra

Beatriz Cortázar

Con la voz entrecortada por la emoción y el cansancio, la primogénita del marqués de Larios, Sandra Fernández de Villavicencio , explicaba a ABC su nueva situación desde la casa de una amiga, donde ha encontrado cobijo durante unos días para ella y su hijo Kenzo. Tal y como anunció este periódico, este martes por la mañana t uvo lugar el desalojo de la que ha sido su vivienda durante 20 años, tras el contencioso que primero su madre, Eva Frommer, y en los últimos meses ella misma ha mantenido con su padre, quien reclama esta propiedad situada en La Moraleja y que recibió como regalo de boda por parte del actual marqués de Villavicencio, abuelo de Sandra. El marques de Larios y Eva Frommer se divorciaron cuando su hija tenía 6 años. Más tarde, él se casó con su mujer actual, que por aquel entonces trabajaba como secretaria en un despacho de abogados. La pareja tiene dos hijos.

«He sufrido en mi familia paterna un rechazo antisemita por ser de madre judía. Ya mi abuelo fue el primero en mostrar esa distancia cuando se negó a acudir a la boda de mis padres por el origen judío de mi madre. Durante mucho tiempo han intentado coaccionarme para que renegara de mis orígenes, por eso no descarto estudiar qué medidas puedo adoptar por todo lo que me han hecho sentir sólo por ser judía», dice envuelta en dolor Sandra, quien el día de mañana recibirá los títulos de marquesa de Villavicencio y de Larios, dado que su tía no tiene descendientes.

«No tengo techo ni sé que será de mí. Lo que hemos vivido esta mañana (por ayer) ha sido horrible» , dice a ABC Sandra, quien en el futuro recibirá los títulos de marquesa de Villavicencio y de Larios. «Mi padre no se ha dignado a atender nuestras llamadas, ni por supuesto a aparecer. Ha mandado a su abogada, Carmen de Prada . Aquí no ha venido ni el fiscal de Menores ni un asistente social. Eso sí, muchos coches de policía, que es lo que él solicitó para que los medios no pudieran grabar la escena de su hija y su único nieto saliendo de su casa», se lamenta.

Sandra abandona la vivienda junto a su hijo Kenzo JOSÉ RAMÓN LADRA

En su opinión, no se explica cómo la juez que ha resuelto el contencioso con este desahucio siguiera adelante, «sabiendo que no tengo ni un abogado de oficio» , explica la afectada. «La secretaria del juzgado propuso que me dieran 5 días más para poder sacar mis pertenencias, que están en una cabaña que hay en el jardín. Pero la letrada de mi padre dijo que ni hablar , que saliera con lo puesto. Menos mal que un policía se ha prestado a ayudarme con los juguetes de mi hijo Kenzo, de 5 años, que ha llorado mucho al ver cómo la perrera municipal se llevaba a nuestros perros y gatos. Tengo un yorkshire de 15 años que está muy viejito. El resto de animales -peces y tortugas, pues el pony lo regaló antes- están en una granja y, el día que tenga un techo, para poder recuperarlos tendré que pagar unas tasas y una multa».

Sandra Fernández de Villavicencio asegura que «voy a luchar hasta el final. Puede que me presente en la casa de mi padre , en la calle José Abascal, para que nos dé cobijo. Me han dicho que ha puesto en venta esta vivienda por 700.000 euros y te aseguro que solo el terreno vale más. No me creo nada», comenta indignada.

Sandra es una mujer temperamental que no titubea a la hora de hablar de la fortuna familiar. «Mi padre pidió el desahucio diciendo que era un asalariado , pero su fortuna está ahí, en cuentas fuera de España, en las casas que tiene, en el barco que está en Cádiz, en las empresas en Panamá, negocios en Angola… es socio del Club Puerta de Hierro, sus hijos van a los mejores colegios y ha dicho que sólo cobra 2.000 euros», añade.

Además de su madre, quien se ha trasladado a Madrid desde Francia, Sandra cuenta el apoyo de una prima de Panamá, Marissa Selin Eleta, quien ayer también se lamentaba de que su tío, cuando se divorció, «se olvidara de que tenía una hija» . Al marqués de Larios no perdona que denunciara a su abuelo, Carlos Eleta Almarán, autor de la célebre canción «Historia de un amor» y padrino de bautizo de Miguel Bosé, dada su amistad con Luis Miguel Dominguín. «Le acusó de robarle cuando montaron un negocio juntos», recuerda Marissa.

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