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Escándalo «fraterno-sexual» en la familia más rica de Argentina

Los hijos de Gregorio Pérez Companc están enfrentados en una guerra con nombrede delito: abuso entre hermanos

ABC

CARMEN DE CARLOS

El último escándalo que sacude a la alta sociedad argentina zarandea los cimientos morales de una familia tradicional, religiosa y dueña, hasta hace unas semanas, de una imagen intachable. Gregorio «Goyo» Pérez Companc , la tercera fortuna del país según la revista «Forbes», con cerca de 1.300 millones de dólares , se encuentra en medio de una guerra fratricida con nombre de delito: abuso sexual entre hermanos .

Pablo Pérez Companc , de 37 años y el menor de sus siete hijos, acusó a Luis Pérez Companc , de 44, de violarle cuando ambos vivían bajo el mismo techo. Por si fuera poco, abrió el ventilador de la complicidad contra su madre, María del Carmen Sudbland Beccar Varela , más conocida como Munchi, por pedirle que guardara silencio .

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El escándalo salpica al emporio del magnate del petróleo , de 81 años, que decidió retirarse a sus campos de horizontes lejanos, ceder a su descendencia parte de sus bienes y nombrar a Luis, el acusado, CEO de Molinos Río de la Plata , empresa emblemática de alimentación que forma parte del holding Pérez Companc Family Group que incluye multimillonarias inversiones agropecuarias, vitivinícolas, petroleras y en energía atómica .

No es la primera vez que Pablo Pérez Companc señala a su hermano quien, en esta ocasión, se ha querellado contra él por injurias . Pero sí es la primera que la noticia ocupa portadas de revistas . Él se niega a rectificar y los medios de comunicación se han lanzado a la publicación de las fotografías de un clan que tradicionalmente hizo de la discreción un acto de vida . Los argentinos ya saben quién es quién y que rostro tienen todos los hermanos: además de Pablo y de Luis, Jorge (49), Pilar (46), Cecilia (43) y Rosario (48).

«La maldición que tengo»

En este drama familiar las redes sociales se han convertido en la plataforma mediática donde Pablo vuelca sus denuncias y hasta los chats mantenidos con su madre, de 73 años. Instagram fue la red elegida para escribir: «Luis Pérez Companc abusó de mí cuando era bastante joven. Me cansé de esconder esta maldición que tengo », colgó en su cuenta, donde acompañó capturas de pantalla de su diálogo privada con Munchi, cuyo nombre bautizó uno de las cadenas de helados más conocidas. «Paul, no lo puedo creer. Te va a demandar y ahora sí que no te puedo ayudar. Me das mucha pena », le escribe su madre en alusión a un episodio pasado similar. Pablo le responde: «Demandar? JAJAJAJAJAJAJA (…) Mamá, ¿me va a demandar mi hermano que abusó de mí? Jejejeje Por favor». El último comentario de la madre es: « Paul, por favor, no hagas nada que después te arrepientas!!! »

Los seguidores de Pablo, entusiasta como su padre y sus dos hermanos varones de los coches de carreras , entraron en tromba a apoyarle. La reacción de Luis, el hombre de empresa en el que confió «Goyo», en esta ocasión no fue dejarlo pasar. «Pericia médica completa: clínica, psiquiátrica y toxicológica para determinar si Pablo presenta algún compromiso orgánico, funcional o tóxico que altere su juicio », exigió el CEO de Molinos en el marco de una demanda por injurias. Pablo salió al paso. «No tengo un gramo de cocaína, de marihuana o no sé qué mierda dice ese pedófilo. Me ofrecí a hacerme un examen toxicológico y no quieren», volvió a escribir en Instagram. La cruenta guerra de los Pérez Compac sigue abierta.

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