Dior, retorno a Blenheim

El pasado martes, Dior volvió a desfilar cerca de Londres. La maison francesa mostró su colección crucero 2017 en el palacio Blenheim , el mismo lugar donde ya había desfilado en un par de ocasiones hace 60 años.

Blenheim pertenece desde hace siglos a los duques de Marlborough. Situado en el condado de Oxfordshire, es conocido tanto por las reuniones políticas que allí tuvieron lugar, como por ser el lugar de nacimiento de Sir Winston Churchill. El palacio de Blenheim, actualmente Patrimonio de la Humanidad, se construyó en 1705, en el lugar en el que previamente había estado el Palacio de Woodstock. Fue un regalo de la Reina Ana al duque de Marlborough como pago de las importantes batallas militares que este había ganado contra Francia. ¿Se dan cuenta de eso los ejecutivos de la casa francesa?

Se ha presentado en Blenheim la colección crucero 2017, si bien ya en 1954 Christian Dior en persona organizó el desfile de una colección, con la asistencia de la Princesa Margarita . Años más tarde, en 1958, tras la muerte del maestro francés, la marca francesa desfiló de nuevo en Blenheim bajo la batuta de un jovencísimo Yves Saint Laurent, a quien Christian Dior había nombrado sucesor «in pectore». La princesa Margarita volvió a presidir el desfile, en lo que era en realidad una cita diplomática a través de la moda. Este año no ha habido princesas ni reverencias y el público se ha tenido que conformar con ver a Alexa Chung y a la hermana pequeña de las Olsen.

Volver a desfilar en el Reino Unido y en un lugar tan emblemático ha sido un primer paso para aumentar el ruido mediático de la marca, ahora algo «en espera» desde la súbita partida de Raf Simons. Aunque la realidad es que la gran casa nunca se recuperó de la marcha de John Galliano, Simons defendía dignamente el estilo de Monsieur Dior . Ahora, la pareja de directores creativos que están por el momento al timón, Lucie Meier and Serge Ruffieux, han presentado una colección que replica en exceso la que Prada presentó para el otoño pasado. Por mucho que digan que se han inspirado en la ropa de las posguerra, los trajes de chaqueta extraños, los detalles feistas, el largo de los pantalones, las siluetas e incluso los colores escogidos, han recordado a la casa milanesa en exceso. Y este intento de «Pradificación» , tal y como ha hecho Gucci, virando hacia estilismos más surrealistas y menos femeninos, ha sido la segunda iniciativa de Dior para volver a la actualidad.

La tercera acción que la empresa ha tomado ha sido abrir tienda nueva en Londres , el verdadero centro del mundo, con una estética distinta, más moderna y ecléctica que la habitual. El espacio, vertical, limpio, gris y turquesa, muy elegante, está diseñado por el renombrado Peter Marino, que empezó creando tiendas para Vuitton en 1998 y desde entonces ha trabajado para Chanel, Bulgari y un largo etcétera de marcas, lo que hace que sus trabajos no sean realmente sorprendentes a estas alturas, por más que se hayan incluido esculturas de varios artistas, zonas para vips y cómodos sofás, a lo largo y ancho del nuevo espacio.

Pero quizás sea la cuarta decisión que ha tomado el máximo ejecutivo de Dior, Sidney Toledano, la que vaya a tener más impacto en las ventas internacionales y en la renovación de la imagen de la casa. Y es que ha nombrado imagen de la marca a Bella Hadid, la hermana menor de Gigi y una estrella recién llegada al firmamento de la moda. Bella, tanto por su físico como por su edad y sus poses misteriosas, promete abrir caminos a Dior entre las millenials, las adictas a Instagram y las clientas del futuro. A veces, vale más una nueva cara, que el maravilloso ejercicio de «volver a Blenheim Palace». «C’est la vie».