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Comienza el juicio por la herencia de«la duquesa roja» con los hijos desunidos

Al litigio por sus derechos, que arranca el miércoles, cada uno irá con su propio abogado

Comienza el juicio por la herencia de«la duquesa roja» con los hijos desunidos efe

beatriz cortázar

El 30 de septiembre, los tres hijos de Luisa Isabel Álvarez de Toledo (Estoril, 1936-Sanlúcar de Barrameda, 2008), XXI duquesa de Medina Sidonia y tres veces Grande de España, conocida popularmente como «la duquesa roja», irán a juicio en la localidad gaditana donde murió la aristócrata. Leoncio, Pilar y Gabriel González de Gregorio y Álvarez de Toledo reclaman sus derechos como herederos de la legítima del patrimonio de su madre, integrado en la Fundación Casa Medina Sidonia . Dicha entidad está presidida por la viuda de la duquesa, la alemana Liliana Dahlmann, su secretaria y con quien contrajo matrimonio «in artículo mortis» el mismo día del fallecimiento.

Se trata de un contencioso que se anuncia largo y complejo, en el que los tres descendientes, cada uno representado por su propio abogado, lucharán por conseguir dicha legítima , y en el caso del primogénito, Leoncio, también el tercio de mejora. El pleito ha motivado la creación de una plataforma ciudadana para que dicho legado no se fragmente. Entre otros bienes, figura el Archivo General de la Fundación Casa Medina Sidonia (Agfcms), uno de los más importantes de Europa. La Junta de Andalucía se ha posicionado al lado de la fundación, dado que el legado de Medina Sidonia es un Bien de Interés Cultural (BIC) y figura en el Catálogo General de Patrimonio Histórico de la comunidad.

Unos 60 millones de euros

Según la tasación que realizó en su día la abogada Urquiola de Palacio, designada por la duquesa para la partición de sus bienes, todo el patrimonio rondaría los 60 millones de euros. De esa cuantía, cada hijo reclama unos seis millones de la legítima para cada uno, a lo que hay que añadir el tercio de mejora para el actual duque de Medina Sidonia . Precisamente ahora, la que fue nuera de «la duquesa roja», y exmujer de Leoncio, Montserrat Viñamata Martorell, es la persona de máxima confianza de Liliana, la viuda.

Desunidos, puesto que la relación actual entre los hermanos no es buena, cada descendiente irá a juicio con su propio abogado. «Los letrados hablarán entre sí, pero no tenemos por qué personarnos juntos», puntualiza Pilar González de Gregorio . Su postura está clara: prefiere pleitear sola, pues cree que ya habrá tiempo de pactar. Los desencuentros con sus hermanos –Leoncio le arrebató el título de duquesa de Fernandina, cuando previamente había permitido ante notario que su hermana lo rehabilitara; o las duras críticas de Gabriel contra su madre y con las que no se siente identificada– reafirman a Pilar en la convicción de que lo mejor es que cada cual dirija su defensa. «Creemos que el juicio durará hasta finales de octubre. Nosotros tendremos que ir los días que nos citen para declarar, y el resto serán los abogados quienes estén presentes» , puntualiza.

Antes de interponer la demanda, la exduquesa de Fernandina confirma que trató de llegar a un acuerdo con la viuda de su madre. «Intenté hablar con Liliana, pero no hubo manera. Soy consciente de que se trata de unos bienes de interés cultural y de un archivo fundamental en España. Y por eso quise hacerlo de otra manera, pero fue imposible. Mi legítima está dentro del patrimonio de la Fundación Casa Medina Sidonia y yo tengo el mismo derecho que cualquier otro español a heredar la legítima de su madre, como además figura en su testamento –subraya–. Me corresponde algo más del 11 por ciento del patrimonio como legitimaria».

Lo cierto es que Pilar González de Gregorio no ha recibido nada de la herencia. «Una fundación no puede constituirse sobre la legítima de los hijos. No se puede disponer de nuestro tercio, por eso ahora tendrán que llegar a un acuerdo con nosotros, que somos los herederos forzosos », insiste. A su favor está la reciente sentencia del caso de la Fundación Camilo José Cela, contra la que demandó, y ganó, el hijo del escritor para reclamar su herencia. Y, en referencia a la plataforma ciudadana para que no se divida el legado de Medina Sidonia, opina que «ahora la gente se moviliza por una información que no es cierta y que considero que es una intoxicación. Si los responsables culturales no quieren que se fragmente este legado, saben cómo solucionarlo».

«No juzgo a mis padres»

La aristócrata no aprueba las declaraciones de su hermano pequeño –en 2012 dijo que su madre era «una mala persona»– y tampoco es partidaria de hablar en público de sus padres. «No quiero juzgar lo que hizo mi madre ni sus motivaciones. Mis padres merecen mi respeto. Sólo reclamo mis derechos», insiste. Dispuesta a agotar todas las posibilidades legales hasta que se reconozcan sus derechos, insiste en que nada la doblegará. «No tengo comunicación ni con Liliana ni con la plataforma ciudadana, y no lo entiendo. Precisamente poseo una casa en el casco histórico de Sanlúcar que rehabilité con mis propios medios, soy patrona de la fundación de Casas Históricas y Singulares, trabajo en el mundo de la cultura... Pero nunca se han puesto en contacto conmigo para saber lo que requiero», se lamenta.

A esta batalla legal hay que sumar un nuevo frente: la aparición de una supuesta hija secreta de su padre, Leoncio González de Gregorio, fallecido en 2008, poco antes de morir su madre. Se trata de la sevillana Rosario Bermudo Muñoz, de 65 años, que también reclama sus derechos por vía judicial. «Eso no tiene nada que ver con la herencia de mi madre, puesto que mis padres se casaron en régimen de separación de bienes», matiza Pilar González de Gregorio.

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