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Julie Gayet, la novia de François Hollande, se entremete en la decisiones de Estado

Las opiniones, deseos, convicciones y caprichos de la actriz han comenzado a influir al presidente francés

Julie Gayet, la novia de François Hollande, se entremete en la decisiones de Estado gtres

juan pedro quiñonero

Julie Gayet, la novia oficiosa del presidente François Hollande , se ha convertido en el personaje más adulado y temido de la cultura francesa. Sus opiniones influyen en la política del Estado. Sus «víctimas» pretenden vengarse dando publicidad a oscuras escenas cinematográficas de sexo no siempre soft.

Las opiniones, deseos, convicciones y caprichos de Julie Gayet han comenzado a influir en decisiones de Estado de la más diversa naturaleza.

¿El Gobierno debe nombrar a un nuevo director de la Escuela de Bellas Artes? Se presta a la sensibilidad de Julie Gayet una influencia determinante. ¿El Gobierno debe encontrar una salida profesional honorable a una directora de la Comédie Française, el más histórico de los teatros nacionales? Las amistades de Julie Gayet pueden contar con un voto sensible a sus opiniones personales.

Incluso la política fiscal del Estado puede estar incluida por las opiniones íntimas de la novia del jefe del Estado.

El presidente Hollande había sugerido que, tras muchas reflexión, quizá fuese necesario que todas las cadenas de radio y tv del servicio público volviesen a emitir publicidad. Las cadenas privadas pusieron el grito en el cielo . En vano. Las asociaciones de directores de cine protestaron enérgicamente. Sin recibir el más mínimo eco. Los directivos del servicio público audiovisual comenzaron a contar que, en verdad, el Estado estaba «forzado» a tomar decisiones favorables a la emisión de publicidad, para intentar romper con unos inquietantes déficit presupuestarios. La ministra de Cultura, Fleur Pellerin, dejó a entender que, en verdad, el Gobierno estaba «inclinándose» a autorizar la emisión de publicidad en las grandes cadenas tv del servicio público.

Así estaban las cosas hasta que… un grupo de intelectuales y personalidades del mundo del cine, las artes y la tv, tuvieron una idea genial. Proponer a Julie Gayet que ella firmase una carta pública «pidiendo» al presidente Hollande que «reconsiderase» su decisión.

Idea genial y eficaz. A los pocos días de publicarse esa carta pública, con la firma de la novia del presidente, un portavoz oficial de la jefatura del Estado -misteriosamente mudo durante la crisis- hizo saber que el presidente Hollande había «descartado definitivamente» la posibilidad de autorizar la emisión de tv en las cadenas del servicio público audiovisual.

Esa larga mano e influencia de Julie Gayet, real o presumida , no siempre satisface a todos los públicos. Algunas víctimas de sus opiniones responden con una crudeza brutal.

Mathieu Kassovitz , actor de cierto prestigio, trabajó hace años en alguna película con Julie Gayet. Película que pasó sin pena ni gloria y estaba enterrada en la tumba de un espeso y polvoriento olvido, hasta que Kassovitz decidió dar un navajazo aparentemente traicionero.

El actor utilizó su cuenta en Twitter para dar publicidad a un vídeo con escena de «sexo tórrido» con la novia del presidente. Se trataba de escenas de una película distribuida hace años, antes del noviazgo entre la actriz y el jefe del Estado. Kassovitz presentó el vídeo con una frase equívoca, diciendo que no deseaba tener problemas con el Elíseo . Excusa un tanto burda, sabiendo que la difusión de imágenes de sexo soft o hard podrían tener una influencia palmaria en la imagen pública de la novia del presidente.

El Elíseo no reaccionó, públicamente. Pero el twitt de Kassovitz desapareció a los muy pocos días . Y el vídeo con las escenas de sexo, entre Julie Gayet y su colega ha sido enterrado en algún lugar de inaccesible acceso, por ahora, al menos.

Ni Gayet ni Kassovitz han deseado comentar sus diferencias laborales o personales, para no atizar un incendio con llamas políticas inflamables. Un presidente padre de cuatro hijos que nunca deseó contraer matrimonio con la madre y actual ministra de la Ecología , Ségolène Royal, ya era una situación «inédita». Un presidente que rompe con una amante despechada, Valérie Trierweiler , tras conocer íntimamente a una actriz más joven, Julie Gayet, fue un vodevil de cierto éxito de público, con muy mala crítica política. La revelación de imágenes de la novia presidencial que rozan el porno soft quizá pudiera complicar las relaciones personales y la imagen pública de un jefe del Estado que está entrando en campaña electoral.

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