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Los políticos se van de minivacaciones

Entre los presupuestos, el debate de Grecia, los cargos recién estrenados y las elecciones que vienen, la mayoría ha visto cómo sus planes personales quedan reducidos a diez días

Los políticos se van de minivacaciones efe

Carlos benito

Como tantas otras cosas en este país, las vacaciones de los políticos parecen sometidas a una decadencia imparable . Es cierto que uno siempre se queda con la incómoda sensación de que solo nos cuentan una pequeña porción de lo que hacen , ... esa parte con menos potencial para soliviantar a una población enrabietada por la crisis : los fines de semana en el pueblo, el emotivo reencuentro con los padres ancianos, el tiempo de calidad con los hijos, el vermú junto a la cuadrilla de siempre, quizá -tensando ya un poco la cuerda del descontento- el chalecito modesto y un poco viejo en tercera o cuarta línea de playa. En los últimos años, las que podríamos llamar las ‘vacaciones públicas’ de los políticos están marcadas por la prudencia y la falta de ambición , como si hacer una escapada al extranjero se hubiese vuelto un pecaminoso ejemplo de corrupción, un exceso imperdonable.

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