Hazte premium Hazte premium

Amador Mohedano: «El Ayuntamiento de Chipiona no me ha pagado nada, ni yo me he llevado dinero»

El hermano de Rocío Jurado ha inaugurado «La más grande», su nuevo local en Chipiona. Horas antes habló con ABC de la situación del museo dedicado a la cantante y de su relación con su familia

Amador Mohedano: «El Ayuntamiento de Chipiona no me ha pagado nada, ni yo me he llevado dinero» gtres online

beatriz cortázar

Ayer inauguró en Sanlúcar de Barrameda la sala de fiestas «La más grande», en evidente homenaje a su hermana, Rocío Jurado . Al igual que ocurrió el verano pasado con «La Kedá» , de Chipiona, Amador Mohedano se pasa al mundo de la noche para hacer de su negocio el local de moda. Que tiemblen Ibiza , Marbella o Formentera : Amador ha vuelto .

Desde luego, el nombre de «La más grande» no deja lugar a dudas. ¿En calidad de qué participa de este negocio?

El año pasado fue imagen de «La Kedá» , pero esta vez soy socio de «La más grande», aunque quiero dejar claro que no son ocupaciones excluyentes. Se trata de una sala de fiestas donde habrá espacio para el flamenco bailable, que gusta mucho por aquí, pero también para más estilos; y por supuesto, la Jurado estará por todas partes.

— Al final esta sala será el auténtico museo de Rocío.

¡Nooo! Son muchas menos fotos de las que hay en el museo. Además, aquí a su lado hay fotos de algunas de sus ídolos, como fueron Lola Flores, Manolo Caracol, la Niña de los Peines, Mina... Rocío los admiraba a todos, y creo que está quedando muy bonito.

— Supongo que la familia no le habrá fallado.

Mi hermana Gloria y mi cuñado José Antonio han estado. Gloria Camila también confirmó. Invité a Ana María Aldón, pero depende de lo que pueda hacer José Ortega Cano.

— Creo que ha hecho muy buenas migas con Ana María.

Estuvieron la semana pasada con el niño y me pareció una mujer adorable. El pequeño es muy gracioso. Vinieron a mi campo y disfrutó mucho con los animales; no veas cómo manejaba el capote, tan chiquitito. Ella es muy agradable y respetuosa, está como loca con su hijo y es muy simpática.

— ¿Y sus hijos?

No pueden.

— De Rosa Benito ni le pregunto.

No.

— ¿Y cómo está usted, con tanto como se habla?

Más tranquilo, en el campo con mis animales. Cuando puedo veo a mis hijos, como a Fernando, que ha estado por aquí. Tengo buena relación con ellos y este verano van a venir a Chipiona.

— Con Ortega Cano parece que ha estrechado lazos.

Cuando vino a mi campo y vio el toril que tengo para los caballos me dijo que le encantaba y que quería venir a entrenar a diario. Le he visto muy recuperado e ilusionado con su hijo.

— ¿Me va a explicar qué pasa con el museo de Rocío Jurado?

El alcalde ya ha explicado lo que ocurre. Se ha dicho que el Gobierno anterior usó una parte de un dinero que era para unas naves agrícolas en habilitar el museo provisional de Rocío Jurado . Yo estuve desde el principio, al igual que mi sobrina Rocío. El yuntamiento contrató a una empresa de Madrid, Área 3, que a su vez me contrató durante tres meses para traer el material y decidir con la decoradora el interiorismo. Así estuve hasta que cambió el alcalde y durante cerca de ocho meses no se pudo hacer nada. Me llamaron después para que me involucrara, y me pegué un palizón durante un año y medio sin cobrar ni un euro en organizar todo, aclimatar el lugar para que no se estropeara la ropa. Yo no me he llevado nada, no me han pagado nunca desde el ayuntamiento, y así se aclaró en su día.

— ¿Me quiere decir que trabajaba por amor al arte?

Lo hice porque era el sueño de mi hermana. Me entregué en alma, corazón y vida.

— Hasta que le dijeron que se acabó.

Me enteré de que no estaban regularizados los permisos, de que había que devolver parte de los 750.000 euros que recibieron de ayuda para dos naves, y de que de ese capital algo se usó para crear el museo. Para inaugurarlo había que devolver el dinero invertido, pero ese es un asunto de los políticos. Un día, hablando con el alcalde, Antonio Peña, le comenté que no podía seguir en esas condiciones. Me dijo que me tomara un tiempo hasta que se informara bien de todo y luego me llamaría. Y así quedó la historia. Nunca más me llamó.

— Tengo entendido que han tenido estos días una reunión del alcalde con la familia para hablar del museo.

Yo no estuve. Sí mi hermana Gloria, mi cuñado José Antonio y Ortega Cano. Se habló de que había que abrir el museo, dada la gran demanda de turismo que hay ahora en Chipiona.

— Entonces, lo que me dijo en su momento, que su sobrina Rocío Carrasco quería un dinero, cerca de 30.000 euros anuales, para dar su consentimiento, no es cierto.

Bueno, hay parte de razón. Las cosas como son. Me duele cantidad, pero hay cosas que se quedan ahí y dan rabia, como la falta de comunicación por su parte con nosotros. Y los feos que nos hace. A mi hermana Gloria y a mi cuñado, que la han criado, ya no les habla. Tampoco a sus hermanos. No sé qué le ha pasado para no querer saber de nadie. Es algo inexplicable.

— Igual la tiene que llamar.

La he llamado siempre, pero dejé de hacerlo porque era imposible. Pero, en fin, yo lo que quiero es que se abra el museo, pero para eso ella tendrá que llegar a un acuerdo rápido.

— Pero tendría sentido que Rocío Carrasco no quiera abrir hasta que se aclare lo del dinero invertido.

Esa explicación queda muy bien. Yo sería el primero que evitaría que cualquier barbaridad salpicara el nombre de mi hermana. Pero insisto en que es ella quien tiene que dar el paso. Lo puede arreglar como quiera. Yo no pretendo ser gerente ni director ni nada; no sirvo para estar en una oficina, sólo pido que se abra.

— ¿Qué le ha pasado a su sobrina para estar tan distante de ustedes?

Ni idea. Tal vez sea, como dicen por ahí, que se ha hartado de todo y no quiere saber de nadie.

— ¿Se imagina cómo se quedaría Rocío Jurado si levantara la cabeza y viera cómo están los suyos?

Si Rocío hubiera estado no habría pasado nada. Mi abuela decía que «hay que tener cojones de oso para aguantar esto». Lo nuestro es muy complicado y yo estoy cansado. Pero en lo que al resto de mi vida respecta, estoy animado e incluso más gordito.

— ¿Volverá a Telecinco

De momento no. Nos han quitado a toda la familia por cuestiones legales con mi hija. Espero que todo se arregle porque yo no quiero acabar mal con una cadena de televisión, por mucho que haya algún programa donde no paran de machacarme.

— ¿Mantiene algún contacto con su exmujer, Rosa Benito?

Ninguno. Mi hija de vez en cuando me habla de ella, pero solo eso. Aún no las he visto actuar en su espectáculo .

— Por lo menos usted está enamorado.

Sí. Llevo ya un año con Jacqueline y me encuentro muy bien. Ella trabaja en el ayuntamiento, en la megafonía turística por las playas. Es la voz que anuncia cómo está el tiempo o si se ha perdido un niño o cualquier cosa que ocurra.

— ¿Piensa en boda?

No. Vivimos juntos, pero yo tuve una boda tan sumamente bonita con Rosa que ninguna otra sería comparable. Además, no tengo ninguna necesidad.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación