Muere Betsy von Furstenberg, la baronesa que bebía como un cosaco

Von Furstenberg, hija del conde Franz-Egon y de la heredera americana Elizabeth Foster-Johnson, comenzó a trabajar como modelo a los 14 años mientras estudiaba en la escuela Hewitt de Manhattan . Christina Onassis , Barbara Hutton, Pamela Hicks y otras «pobres niñas ricas» del siglo XX pasaron por las aulas de este elitista colegio a metros de la Quinta Avenida. Un posado para la revista «Look» a manos de Stanley Kubrick la disparó al estrellato y en 1951 realizó su debut en Broadway. «Life» la coronó como «la actriz joven más prometedora del año».

«Ella solía interpretar a mujeres traviesas, coquetas o rebeldes, y también acaparaba las columnas de cotilleo por sus travesuras fuera del escenario », admitió su hijo, Glyn Vincent, en una breve entrevista al «New York Times». El obituario que le dedica el prestigioso periódico neoyorquino deja entrever el lado más salvaje de Von Furstenberg , a la que la prensa de los años 50 apodó como «la baronesa sedienta» por su gusto por el alcohol, las fiestas y los excesos.

Cuando todavía era una adolescente, la aristócrata mantuvo un sonado «affaire» con el primer marido de Elizabeth Taylor, el magnate hotelero Conrad Hilton Jr . Ella tenía 18 años y él, 25. Según Jerry Oppenheimer, biógrafo de la dinastía Hilton, a la baronesa «le gustaba tanto el licor que un empresario amigo la bautizó como ''Betsy la sedienta''». «Con 14 años ya bebía alcohol en los restaurantes elegantes de Nueva York. Como todavía era menor de edad, los camareros le servían los cócteles en una taza de café pequeña », revela Oppenheimer en su libro «House of Hilton».

La «princesa de Park Avenue», como la llamaban los diarios estadounidenses, descubrió el mundo de la bebida y las pastillas de la mano del joven Hilton, quien antes de conocerla ya había tenido un romance con su madrastra Zsa Zsa Gabor y un matrimonio fallido con Liz Taylor . «Él dormía hasta las tantas y cuando se levantaba comenzaba a jugar a las cartas y a beber. No iba a trabajar y yo tenía 18 años», recordaba Betsy, quien estaba « fascinada con la falta de educación de Hilton ». Tras romper con el rey de los hoteles, se casó dos veces (primero con un noble francés y luego con un agente inmobiliario) y se convirtió en una exitosa actriz. Su mejor papel fue el de venerada gran dama y filántropa de la alta sociedad neoyorquina.