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Sonia Grande: «Woody Allen es un icono de la moda»

Diseñadora del vestuario de cuatro películas de Woody Allen, tiene un Goya por «La niña de tus ojos»

Sonia Grande: «Woody Allen es un icono de la moda» isabel permuy

angie calero

Sonia Grande (Oviedo, 1964) es una mujer discreta, de esas que te cruzas por la calle y no pensarías que ha trabajado en películas como «Los otros», «La niña de tus ojos» o «Magia a la luz de la luna» , su último trabajo junto a Woody Allen. Esta asturiana afincada en Madrid se licenció en Interpretación por la RESAD y comenzó en el Teatro Español ejerciendo como actriz y ayudante de vestuario. Diez años más tarde y después de haber participado en «El Quijote» de Gutiérrez Aragón, Grande se enamoró de la magia que desprende el cine . Treinta años después, tiene en su haber 10 nominaciones a los Goya y una estatuilla por “La niña de tus ojos”. Además, también ha rodado películas con Almodóvar o Amenabar, grandes estrenos que han supuesto un gran éxito en taquilla y que la obligan a viajar todo el tiempo: «En los últimos dos años me he pasado seis meses en España y los otros seis fuera». Aún así, da las gracias. «A mí me ha salvado el cine americano», comentaba para añadir: «Es horrible que con 50 años no puedas disfrutar del cine de tu país, no tengas un hueco y tengas que emigrar».

«Es genial que hayamos quedado en el Teatro Español porque aquí es donde empecé a trabajar», cuenta Grande mientras le da el primer sorbo a su Gin-tonic y la interrumpen varios actores para saludarla. Ella es un referente, uno de esos personajes fundamentales en una película, de los que se encuentran detrás de la cámara y consiguen que una mentira tan grande como es el cine transmita al espectador verdad y emoción.

-Cuando Woody Allen le llama para hacer Vicky, Cristina, Barcelona. ¿Qué se le pasa por la cabeza?

-No me lo creía. Me llamaron para decirme que Woody Allen venía a España e iba a hacer unas entrevistas para formar equipo. Fui a hacer la entrevista pensando que era muy exótico y al mismo tiempo sabiendo que no me iban a llamar. La entrevista me la hicieron su hermana y su productora de toda la vida. Fueron muy agradables y cuando terminó me dijeron: «Sonríe a la cámara que esto es para Woody». A la semana me llamaron y me dijeron: «Woody Allen quiere que hagas su película ». Y me dije: «No puede ser». Fue fantástico.

-Hay gente que dice que es un poco excéntrico y otros que es introvertido. ¿Cómo es Woody Allen?

-Yo creo que no hay nadie con mucho talento que sea normal, porque la normalidad es un aburrimiento. Partiendo de esa base, tampoco creo que sea extremadamente excéntrico, creo que es un hombre con una enorme personalidad, que tiene casi 80 años y por tanto su carácter está muy hecho. No puedo decir que es una persona normal, desde luego. En una ocasión, cuando preparabamos «Midnight in Paris» , hablando del personaje de Owen Wilson y de cómo vestirlo, él me decía: «¡Pues, normal! ¡Un tio como yo! ¡Normal!» Y claro, toda la producción -entre ellos su hermana-, nos empezamos a reír. Y yo le dije: «Woody, pero si tú no eres normal». Él tiene un concepto de normalidad que la gente no tiene. Pero sin embargo, yo nunca le he visto hacer algo sumamente excéntrico en una película. Es una persona que se divierte mucho trabajando, que tiene su personalidad y es genial así.

-¿Cómo es trabajar con él?

-No tiene nada de especial, es como trabajar con cualquier otro buen director de cine. Fundamentalmente creo que sí que hemos conseguido tener una muy buena comunicación y creo que es una cosa que salió desde la primera película. Empecé a hacer un vestuario que a él le pareció adecuado para su forma de hacer cine. Repito mucho con los directores, me ha pasado con Almodóvar, Amenábar… Y eso es algo que me gusta. A Woody no hay nada que lo haga especial salvo que tiene un inmenso talento. Cuando lees un guión de él, está tan bien escrito que es una maravilla poder formar parte de sus historias y ayudarle a desarrollarlas. Lo que aporta también al cine es que es un gran cronista de la sociedad contemporánea. Por eso cada año él esboza o desarrolla cosas que están en nuestra sociedad: los problemas, cómo somos, cómo pensamos… Ese punto de vista de él a mí me interesa mucho como espectadora y por supuesto como colaboradora.

-¿Qué personaje le ha supuesto un mayor quebradero de cabeza?

-Con quien tuve más problemas fue con Picasso en «Midnight in Paris». Woody estaba muy obsesionado con él y le dimos muchas vueltas al personaje, lo presenté de muchas maneras distintas y cuando había trabajado tanto con el actor le dije «te tengo que presentar ya a Picasso porque le conozco como si fuera mi abuelo». Fue muy bonito trabajar los personajes españoles en esa película. Además, me encanta el periodo entre guerras porque genera muchas cosas no solo en la moda sino en el ser humano. En esta época hay algo muy interesante y es que es la primera vez en la historia en el que la moda no la dicta solamente la aristocracia, sino que la dictan los artistas, los creadores, los escultores… Y esto genera una especie de democratización de la moda, como una primera gran globalización de la moda. Y es un momento muy liberador y diferente. Me interesa en cuanto a la expresión externa de los personajes. Y París en ese momento era el nudo central de todo lo que estaba pasando y es precioso ver como la presencia española fue tan importante en ese momento. Porque hubo muchos españoles que estaban ahí y formaban parte de las vanguardias en ese momento, también fue muy bonito en la historia de España.

-«Magia a la luz de la luna» y «Midnight in Paris» están ambientadas en los años 20 y sin embargo los vestuarios no se parecen mucho. Las clases sociales influyen, ¿también tiene que ver que una se rueda en París y otra en Niza?

-Son clases sociales distintas y nacionalidades diferentes. Hablamos de una familia americana de ricos, de ingleses de súper buen pasar: grandes familias que veraneaban en la Costa Azul. Toda la documentación de aquella época es maravillosa. Ver como pasaban esas soires y cómo vestían este tipo de personajes que veraneaban allí. París en aquella época era muy distinto porque además nosotros recreamos una sociedad de artistas y un momento totalmente distinto. De la sociedad diletante de los ricos, pasamos a hablar de todo lo contrario, de los que están generando la creatividad. Aunque sea la misma época, son mundos muy contrarios. En una película recreamos las vacaciones de los ricos y la otra es una película mucho más activa. Retrata unos personajes mucho más intelectuales y creativos. Son mundos muy distintos y hay años 20 para todos.

-¿En qué época imagina a Woody Allen y cómo le vestiría?

Yo a Woody Allen no lo tocaría. Sinceramente creo que es un maestro. Lo que ha hecho con su propia imagen es alucinante. Cómo le vas a quitar a Woody Allen sus gafas, sería una aberración, o sus chinos, su pantalón subido hasta la cintura con su cinturón de cuero, sus zapatos hechos a medida… Él ha hecho de sí mismo un personaje precioso que es imposible tocarlo porque me parecería como profanarlo. Es un icono. Me parece una persona muy elegante. El gusto que tiene cuando lleva una chaqueta de tweed, sus pantalones Ralph Lauren de pinzas clásicas, los jerseys, sombreros, gorras de visera… A mí me parece exquisito. Yo creo que él no es consciente -porque lleva vistiéndome así toda la vida- de que realmente ha generado moda.

-¿Cuáles han sido los actores y actrices más difíciles y fáciles a la hora de vestir?

-Una actriz que me costó y que estoy muy contenta con el resultado fue Meryl Streep en «It’s complicated». Ella era una rica californiana, emprendedora e independiente. Había que sacarla muy guapa y a veces es complejo vestir a una mujer de cierta edad y darle un toque distinto. Pero fue maravilloso hacerlo. Luego también noté con ella que es una mujer que tiene una luz tan espectacular que todo lo que le pongas encima tiene que ser muy sencillo. Tienes que tener el control de eso porque te da pena apagar esa luz.

-¿Cómo es su proceso creativo?

-El guión es la base fundamental para el trabajo. El diseñador tiene que hacer una apuesta clara, porque para eso le llaman. Cuando te llama un productor para hacer una película, tienes que saber que sobre el guión debes elaborar un discurso determinado. Normalmente cuando empiezo a leerlo, hay una cosa irreflexiva que no puedo controlar en la que me van apareciendo un montón de imágenes. Dejo que estos pensamientos fluyan de forma descontrolada y me vienen imágenes, percibo cosas y cuando termino la lectura ya viene un proceso más serio y cerebral. Aquí hago un proceso de documentación muy profundo y lo mezclo con las ideas que yo tenía por haber leído el guión. Y con todo eso, voy generando una sola idea. Después de todo eso tienes que ir dibujando a los personajes y planteando la narrativa. Porque el vestuario en una película es una narrativa visual que trabaja paralela a otras narrativas de la película como son la fotografía o la dirección artística. La primera parte del trabajo es muy solitario y la segunda es un trabajo en equipo muy fuerte.

-Esa idea cambia cuando le dicen quién va a interpretar a ese personaje…

-Claro, es fundamental. El cuerpo modifica totalmente el diseño del vestuario del personaje. Si en « Los Otros» no hubiera tenido a Nicole Kidman no habría podido hacer ese vestuario. Lo pude hacer porque Nicole Kidman mide 1,83 y tiene una talla 36. Pero si en ese momento la señora de la casa tiene una talla 44, tengo que hacer totalmente un recorrido distinto. Esto es como un puzzle donde tienes un montón de recodos que observar para que todo funcione. No es creíble que una pieza quede descontrolada.

-¿A quien le gustaría vestir y todavía no ha tenido la oportunidad?

-La verdad es que soy cero mitómana, a mi los actores me dan igual. Si me dices que voy a ver a Polanski igual me tiemblan las piernas. Pero en cine creo que el gran creador es el director de la película.

-¿Qué se hace con el vestuario de una película cuando termina el rodaje?

-Normalmente siempre hay una parte de construcción nueva, otra de alquiler y otra de compra. Las partes de alquiler se devuelven a las casas de vestuario de época de donde las has alquilado y las partes de compra se las queda la productora y a veces se subastan como escenario de películas. Ésto últimamente está teniendo mucho éxito en EEUU. Con la parte comprada la productora hace con ella lo que quiere. En el caso de Woody Allen hay partes que se guardan porque me imagino que la familia querrá hacer un museo de su filmografía y de su experiencia.

-¿Ha tenido alguna vez que «negociar» con algún actor sobre el vestuario?

-Con la única persona que se puede negociar en una película es con el director. Eso no quiere decir que tu no escuches al actor, pero el actor nunca es un enemigo a la hora de vestir. Tú eres una aliada del actor para hacer su externo, que es una cosa importantísima para él. Por eso tienes que mantener un diálogo en común buscando qué es lo mejor para que él desarrolle su personaje. Siempre está el estereotipo de la actriz histérica que no quiere ponerse algo y eso no es cierto.

-Ha realizado el vestuario de películas que realmente han sido un éxito en las taquillas de todo el mundo, ¿es usted consciente de esa responsabilidad?

-Si quieres jugar tendrás que asumir responsabilidades. A mí me gusta jugar en esto y las asumo.

-¿Cuándo empezó llegó a pensar que algún día estaría haciendo todo esto?

-Cuando una es muy joven no piensa exactamente a dónde va a llegar. Lo que uno piensa cuando es joven es que va por un camino que le gusta. Cuando empecé e iba a ver películas de Woody Allen yo sí que pensaba que jamás podría trabajar con ese director. Sí recuerdo esa sensación de que jamás podría hacer esa experiencia. Y años más tarde soy su diseñadora.

-¿Cuando ve una película es capaz de centrarse en la historia o está todo el rato pendiente del vestuario?

-Si la película es muy buena me fijo en el vestuario pero realmente estoy más pendiente de la historia. Si la película es mala el análisis del vestuario es brutal.

-¿Cree que tenemos Woody Allen para años o se retirará algún día?

-Yo espero que dure muchísimos años. Su padre fue muy longevo, así que durará.

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