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Cristina, aislada en su laberinto de la soledad

La presidenta argentina permanece recluida desde que en Navidad se rompió el tobillo

Cristina, aislada en su laberinto de la soledad reuters

carmen de carlos

Las malas noticias las recibe la presidenta de Argentina en silla de ruedas, tumbada o sentada en un sofá. Cristina Fernández de Kirchner, de 61 años, se rompió el tobillo izquierdo en plenas navidades. Desde entonces permanece recluida en lo que se conoce como la Quinta de Olivos, residencia oficial de los jefes de Estado argentinos.

Las declaraciones del joyero Sergio Hovaghini, donde reconocía que la mandataria había gastado al año el equivalente a 850.000 euros, las debió leer en cualquiera de las posiciones mencionadas. Lo mismo debió sucederle con la denuncia del fiscal especial para investigar el atentado terrorista a la AMIA, institución israelí que saltó por los aíres dejando un saldo de 85 muertos y más de trescientos heridos en 1994. Impedida, de momento, de dar un paso al frente , atrás o a un costado, Fernández tampoco se ha movido desde que conoció la noticia de la muerte del fiscal Nisman, el hombre que la acusó de encubrimiento de los acusados prófugos del atentado.

La portada de la revista Noticias, donde el joyero dio la primicia se produjo antes de que Argentina quedase conmocionada con el suicidio o asesinato de Nisman , cuya muerte, de momento, está considerada por causas «dudosas».

La Quinta Presidencial de Olivios, una parcela con un chalet diseñado pro el arquitecto Prilidiano Pueyrredon, miembro de una de una de las familias más aristocráticas del país, sufrió diferentes remodelaciones. La más célebre fue la que se acometió durante el Gobierno del también peronista Carlos Saúl Menem que gobernó entre 1989 y 1999. En aquellos años se mejoraron las instalaciones y se añadieron diferentes canchas deportivas. Menem era un entusiasta del golf y de los deportes. Los partidos de fútbol acostumbraba a verlos en televisión acompañado de figuras como Maradona. la costumbre era degustar una buena porción de pizza y una copa –o más– de champán. Medio en broma, la prensa comenzó a llamar a la Quinta, «el polideportivo de Olivos».

En esta vivienda el difunto expresidente Néstor Kirchner organizaba a su vez partidos de fútbol con sus ministros y amigos. Las malas lenguas aseguran que también allí su hija Florencia practicaba clases de conducir con un Mini antes de tener el carnet. El perímetro o la vuelta a la redonda a la finca tiene 2.601 metros.

Allí Cristina Fernández goza de todas las comodidades y recibe a sus colaboradores y visitas. Hace algo más de una semana la presidenta, entusiasta de las redes sociales y en especial de la red de los 140 caracteres, tuiteó: «Hace un ratito estuvimos en Olivos, con Thomas Piketty, el economista francés autor de El Capital en el siglo XXI» y difundía una imagen del autor sentado en uno de los salones con la bandera argentina a un costado. Ella, dada su situación, evitó «tuitearse» de esa guisa.

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