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DUQUESA DE ALBA

Una vez en 500 años el duque no acudió a la llamada de su Rey

Fiel a la tradición de la nobleza, Cayetana pidió audiencia a Doña Sofía para informarle de su boda con Alfonso Diez

Una vez en 500 años el duque no acudió a la llamada de su Rey abc

almudena martínez-fornés

No existía ni siquiera España, tal y como hoy la conocemos, cuando empezó a fraguarse la relación entre la Casa de Alba y la Corona. Todo comenzó en tiempos de Juan II de Castilla (1434) y, casi seis siglos después, la relación se mantiene con Felipe VI. A lo largo de la historia han sido tan destacados los servicios prestados a la Monarquía por sus antepasados que, entrado el siglo XXI, el ducado de Alba acumula 45 títulos nobiliarios con 18 Grandezas de España en una sola persona. Además, muchos de los duques fueron reconocidos por los Reyes con la mayor condecoración , el Toisón de Oro.

En una historia tan larga no han faltado momentos difíciles que pusieran a prueba la relación. Quizá los más complicados en tiempos no tan lejanos se vivieron durante el exilio de la Familia Real española, cuando Don Juan de Borbón se instaló en Estoril mientras el duque de Alba, padre de Cayetana, ejercía como embajador de España en el Reino Unido. El Conde de Barcelona había hecho público su Manifiesto de Lausana en 1945, en el que recordaba «a quienes apoyan al actual régimen la inmensa responsabilidad en la que incurren». Y Jacobo Fitz-James fue uno de los primeros monárquicos que presentaron su renuncia a Franco.

Dos años después, el 10 de marzo de 1947, Don Juan quiso reunir en Estoril a su Consejo Privado, del que formaba parte el duque de Alba, entre otros monárquicos. Sin embargo, Franco le negó el pasaporte: «Es la primera vez en la historia que el duque de Alba no puede acudir a la llamada de su Rey», lamentó.

En ese ambiente de lealtad a la Corona creció su hija, Cayetana, que siempre mantuvo una estrecha relación con Don Juan Carlos y Doña Sofía. A la fiesta de su 80 cumpleaños en el palacio de Liria acudieron todos los miembros de la Familia Real, en un gesto bastante inusual por parte de la Corona. Y cuando la duquesa, ya cumplidos los 82 años, se sintió enamorada de Alfonso Diez, pidió audiencia a la Reina Doña Sofía para comunicarle su intención de contraer nuevamente matrimonio. Con ese gesto, daba continuidad a la vieja tradición de la nobleza de informar al Rey de sus casamientos.

Uno de los privilegios más curiosos que los Alba heredaron de sus antepasados consistía en poder vestir el traje que el Rey lucía el día de la Epifanía del Señor (6 de enero). Como recuerdo de esa tradición, en Liria se conservan los uniformes llevados por los Reyes Alfonso XII y Alfonso XIII ese día desde el comienzo de sus reinados y el que lució Don Juan Carlos en su proclamación. Los anteriores uniformes se perdieron en algún momento de la turbulenta historia de España.

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