Subastan la biblioteca del coleccionista español Dámaso Gutiérrez Arrese por 400.000 euros

Amantes de la caza de todo el mundo se reunirán el próximo 5 de noviembre en la sede londinense de Christie's , en el barrio de South Kensington, para pujar por uno de estos valiosos ejemplares. Gutiérrez Arrese, que trabajó como doctor tanto en Sevilla como en Madrid, fue un gran cazador y coleccionista de textos sobre esta materia . Tras su muerte, hace 38 años, la colección, que Christie's valora en 404.390 euros (318.700 libras), permaneció en Sevilla. La subasta presentará los libros en tres categorías -cetrería, cacería e Historia Natural- y ofrecerá la oportunidad de adquirir libros rara vez vistos en un remate.

Uno de los títulos más valiosos de la colección es también uno de los más antiguos. Se trata de «Remedio de Jugadores», de Pedro de Covarrubias, en el que el teólogo estudia cómo los preceptos del deporte se pueden conciliar con aquellos de la religión. Esta rara primera edición, publicada en Burgos en 1519, podría ser vendida por 10.000 libras (12.700 euros).

Otro de los lotes destacados es «Libro de Cetrería», de Fadrique de Zúñiga y Sotomayor, publicado en Salamanca en 1565 y considerado uno de los libros más raros del mundo sobre el arte de la caza con halcones y otras aves de rapaces (15.200 euros).

Pero los expertos de Christie's consideran que las dos piezas más importantes del remate son dos obras publicadas a comienzos del siglo XVII. Se trata de «Origen y dignidad de la caça» (Madrid, 1634), de Juan Mateos, en la que el arquero de Felipe IV relata sus vivencias al servicio del Rey (19.000 euros); y dos ejemplares de «Arte de ballestería y montería», de Alonso de Martínez de Espinar (Madrid, 1644), que podrían trepar hasta los 38.000 euros.

Gutiérrez Arrese, una figura muy admirada en el mundo de la caza, llevaba metida en la mente y el alma su bilioteca hasta el punto de que no tenía catálogo ni índice por materias. Lo llevaba todo en la cabeza. El conde de Yebes reveló en 1973 que el Dr. Gutiérrez Arrese tenía intención de donar su biblioteca a Santander. «Yo me quito el sombrero ante este gesto de mecenazgo que, para bien patrio, dará lugar a que no se disgregue este tesoro», escribió el aristócrata en ABC. Cuatro décadas después, el «tesoro» está a la venta. ¿Quién da más?