Santander, donde los infantes de España aprendieron a jugar al golf

Pedreña, el Marítimo y «el Tenis» son los clubes de la ciudad. Alfonso XIII veraneó allí 17 años

Santander, donde los infantes de España aprendieron a jugar al golf abc

patricia espinosa de los monteros

03/08/2014
Actualizado a las 16:03h.

Santander tiene unos 200.000 habitantes y es dificilísimo encontrar una población en la que casi todos sean catedráticos de un deporte que hasta hace bien poco fue exclusivo de clases altas. Todos saben de golf. ¿El motivo? ¡Seve!

Real Golf de Pedreña. Se le conoce como Pedreña y aunque no está precisamente en Santander, ha sido siempre su club de golf. De aquí era Severiano Ballesteros y de Santander, los fundadores de este club que nació apoyado por los deseos de la Reina Victoria Eugenia, gran impulsora de todos los deportes.

Un habitual divide a los socios de Pedreña en dos tipos: los golfistas, que juegan todos los días de agosto sin perdonar ni uno; y los socios de restauración, los que no fallan ni un domingo del año para tomarse en la terraza uno (o dos) dry martinis con patatas a la inglesa, para después pasar al restaurante y pedir (bueno, no tienen ni que pedir, se la ponen sin consultar) su merluza y su (café) tupinamba. Un plus, además del restaurante, es su piscina, con maravillosas vistas.

Se funda Pedreña en 1928 tras haber aceptado el Rey Alfonso XIII el título de Presidente Honorario y concederle la carta de «Real». En su origen, se compraron 274 fincas para iniciar el trazado del Campo gracias a la aportación de montañeses como Don Ramón Quijano y de vecinos de Pedreña. Allí dieron sus primeros golpes los Infantes Don Juan, Doña Cristina y Doña Beatriz, y son socios de honor Ramón Sota y Severiano Ballesteros, mientras que su cantera de amateurs incluye a un enorme número de socios con hándicap muy bajo. El diseñador del Campo original fue Harry S. Colt y hoy en día cuenta con 27 hoyos. Tiene 1.500 asociados y su presidente es Javier Botín O’Shea.

Real Club Marítimo de Santander. Ese es el Marítimo, me sigue contando ese socio miembro de todos los clubes de la ciudad. Y aquí, también, hay dos tipos de socios: los marineros que salen a navegar sin perdonar turbón o calma chicha y a los que nada más entrar en contacto con el timón, les cambia el carácter. Los segundos, más entraditos en años, son los que llegan a partir de las nueve, se aposentan en la terraza y no les tiene por qué gustar navegar.

Cada sábado del año, la bahía se llena de velas de colores, un espectáculo con cientos de embarcaciones de distintos tamaños compitiendo en un gran número de clases, desde los J-80 a los «optimist». El responsable, es este club con forma de Titanic, cuyo presidente actual –Jaime Yllera– es uno de los navegantes más experimentados y reconocidos de España y uno de los que más ha contribuido al deporte de la vela en nuestro país.

Se fundó en 1927, contando con el apoyo entusiasta de Alfonso XIII –presidente de honor y activo participante en la vida del Club–. Ese mismo año, organizaron la gran regata internacional Nueva York-Santander, que tendría lugar el año siguiente. El edificio data de los años 30, de estilo estructuralista típico de esa época e inspirado en la arquitectura naval. Simulando ser un trasatlántico blanco atracado en el Muelle.

Real Sociedad de Tenis de la Magdalena. Al principio al «Tenis» le llamaban «Lawn Tennis» y se celebraban partidas (no partidos). Está situado en el más espectacular enclave de la ciudad y surge, como casi todos estos deportes, empujado por la Reina Victoria Eugenia. Cuentan también con hockey sobre hierba y cancha de «bolo montañés» o «bolo palma».

El club es el más antiguo de los tres, pues se fundó en 1906, profundamente ligado a Familia Real, que veranearon aquí durante 17 años seguidos, lo que hizo que un buen número de santanderinos muy reconocidos en la ciudad, fundaran esta sociedad de «Lawn Tennis». La primera Junta Directiva estuvo presidida por Don Joaquín Campuzano Avilés, conde de Mansilla (presidente hasta 1910). En la actualidad cuenta con 8.600 socios, con secciones de hockey sobre hierba y hockey sobre patines, además de equipo de tenis. Tienen escuela infantil y juvenil, su piscina es única con su acceso directo a la playa y su restaurante uno de los mejores de la ciudad.