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Los muslos de Carla Bruni, armas de comunicación política

Sarkozy y su esposa tienen una vida privada muy intensa, que escapa por completo a la mirada y objetivos de los fotógrafos: solo se exponen cuando quieren ser vistos

Los muslos de Carla Bruni, armas de comunicación política paris Match

Juan Pedro Quiñonero

Los muslos de Carla Bruni se han convertido en un arma de comunicación política excepcional, que Nicolas Sarkozy utiliza con el gran arte de un maestro excepcional en las tácticas de la ocupación de la escena pública.

Desde su salida del Elíseo, derrotado por François Hollande , el mes de mayo de 2012, no pasa una semana sin que el ex presidente envíe o deja enviar una «postal» con alguna imagen personal, dirigida a sus compatriotas.

Esas «postales» son un largo rosario de motivos de comunicación política, que se han enriquecido de manera vertiginosa con una fotografía de Sarkozy y su esposa, en moto. Él, conduciendo, al volante. Ella, luciendo sus espléndidos muslos, al aire.

La foto que «París Match» destaca en su portada es una foto «robada», tomada en las inmediaciones de la residencia veraniega de los Sarkozy–Bruni, no lejos de la frontera franco–española. No es un secreto que numerosos fotógrafos, franceses e italianos, esencialmente, han decidido pasar el verano apostados en las inmediaciones de esa residencia y las playas próximas (privadas y públicas), con el fin de «robar» unas fotografías que se venden a un precio razonable.

Los Sarkozy–Bruni conocen a la perfección todos los lugares donde se encuentran los fotógrafos. Y pueden entrar y salir de su residencia sin ser vistos. De hecho, los esposos tienen una vida privada muy intensa, que escapa por completo a la mirada y objetivos de los fotógrafos.

Al mismo tiempo, cuando desean «comunicar» algo, los Sarkozy – Bruni lo tienen muy sencillo: entran, salen y se exponen por las puertas y lugares donde saben que podrán ser fotografiados, dando a conocer las imágenes «íntimas» que la pareja considera más útiles para la comunicación artística de la señora y la comunicación política del ex presidente. Desde esa óptica, las fotos de la pareja Sarkozy–Bruni marcan un nuevo hito en la historia de la comunicación política nacional y personal del ex presidente.

Desde hace meses, Sarkozy solo se deja fotografiar en la proximidad de jóvenes, con una componente «multicultural» muy grande. No es infrecuente que jóvenes franceses negros, muy «modernos», se encuentren junto al expresidente. Este verano, la hija de los Sarkozy–Bruni, Giullia, forma parte del «arsenal» comunicativo familiar.

El expresidente y su esposa (en un bañador de dos piezas muy estrictas) se pusieron a tiro de los fotógrafos en una playa más o menos privada donde su hija jugaba con una niña francesa, negra. No es un secreto que la guardia pretoriana de Sarkozy sigue preparando muy minuciosamente su anunciada «vuelta» a la política activa , que, en verdad, nunca ha abandonado, a pesar de los escándalos y procesos judiciales.

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