El viaje de ida y vuelta al infierno de las drogas de Giovanna Valls
La hermana del primer ministro francés relata en un libro cómo superó su adicción a la heroína
david morán
Lo primero fue una raya de heroína a los veinte años. Luego vendrían la adicción, la desintoxicación, la recaída al cabo de quince años y, a partir de ahí, la caída libre: las idas y venidas a Can Tunis, el antiguo supermercado de la droga ... de Barcelona, el robo de ropa en grandes almacenes para pagarse la siguiente dosis, la entrada y salida de prisión hasta en cinco ocasiones -«nunca más de un mes», puntualiza-, la hepatitis C, el VIH… El intentar salir del pozo sin llegar a conseguirlo.
«Se ha bajado la guardia y es importante que la gente sepa que por más que yo me enganchara al principio de los años ochenta y luego lo dejé, me enganché realmente cuando tenía cuarenta, cuando ya me infecto del VIH y de la hepatitis C y toco fondo de una manera brutal. Tenía cuarenta años y llevaba cinco o seis metido en este mundo carnívoro», explica Giovanna Valls (París, 1963) en el jardín de su casa del barrio barcelonés de Horta, la misma que compró su padre, el prestigioso pintor Xavier Valls , en los años sesenta, y en la que Giovanna pasó los primeros veranos de su infancia y adolescencia junto a su hermano, el primer ministro francés Manuel Valls . A Giovanna se le torció la vida cuando cumplió veinte años y aún más cuando recayó entrada la treintena, pero ahora, recuperada y rehabilitada, lo cuenta en «Aferrada a la vida» (RBA), crudo y al mismo tiempo lírico retrato de la «vida dura y esclavizada del drogadicto».
Una crónica de cómo cayó para acabar levantándose. «Es la bajada a los infiernos y luego la resurrección», señala a propósito de un libro que empezó a pergeñar en 2004, mientras se recuperaba en un campamento de crecimiento personal en la selva amazónica, y al que no echó el cierre hasta 2011, precisamente cuando Manuel leyó el manuscrito por primera vez. «Es él quien me dice “esto lo tienes que tirar adelante, es muy importante para ti que lo puedas publicar un día», explica. Ese mismo año, los periodistas franceses Jacques Hennen y Giles Verdez, que estaban trabajando en la biografía «Manuel Valls, les secrets d’un destine» (2013), se interesaron por primera vez por las adicciones de Giovanna. «Nos pusimos de acuerdo para explicarlo en la biografía. Su crecimiento político iba viento en popa, y antes de que lo dijesen los demás…», explica. Por más que el nombre de su hermano entra y sale de la conversación, Giovanna prefiere mantenerlo al margen. «Es mi historia, no la suya. No tienen nada que ver», asegura. «Cuando yo me drogaba él era alcalde. Yo estaba aquí y él en París. En ningún momento le perjudiqué. Donde yo estuviera él estaba pendiente de mi estado de salud, pero eran dos mundos opuestos», abunda.
Doce dosis diarias
El mundo al que se refiere Giovanna está repleto de turbulencias, caídas y tropiezos. Se fue de París «para escapar de la heroína», vivió una vida tranquila en Barcelona hasta finales de los noventa y, entonces, otra vez la droga. «Tuve una mala relación que me dejó muy vacía. Perdí la fe y la autoestima», explica. Fueron sus peores años. Una caída al vacío que le llevó a necesitar hasta doce dosis diarias. «Es la historia de un drogadicto que no se lo pasa bien con la droga y que se tiene que drogar para aguantar», reconoce. El libro, añade, subraya en rojo el momento en que decidió salir del pozo. «Pensé: “Me voy a la selva y tengo que plasmarlo de alguna manera”», recuerda. Su estancia en Brasil, una terapia a base de ayahuasaca y el apoyo incondicional de su familia le ayudaron a salir del pozo. La enfermedad de su padre, el pacto que hizo con él para mantenerse firme, hizo el resto. «He aprendido a no tener más miedo, a fundir las angustias a través de mis escritos. A descubrir que hay una llama que no se quiere apagar», subraya. Ahora, «Aferrada a la vida» es el salvavidas que la mantiene a flote. «Ha sido una manera de plasmar mis miedos, mis emociones y dar un testimonio importante de mundo cruel y famélico de las drogas», concluye.
El viaje de ida y vuelta al infierno de las drogas de Giovanna Valls
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete