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La dura vida de Guillermo Bárcenas

Seis meses después del ingreso en prisión del extesorero del PP, a su hijo le pesa el apellido

La dura vida de Guillermo Bárcenas efe

marina pina

Hace tres semanas en las oficinas de Las Rozas de un popular banco holandés tuvieron una visita inesperada. Un veinteañero se presentaba pidiendo hablar con la directora del banco. Era Guillermo Bárcenas (23 años) y rogaba que le abrieran una cuenta corriente. Seis meses después de que el juez Pablo Ruz (38) ordenara el ingreso en prisión de Luis Bárcenas (56) y su hijo paga caro su apellido, ese que antaño le permitió practicar deportes exclusivos o estudiar en universidades extranjeras. Ahora, Willy –como le llaman sus amigos–, se persona en un banco pidiendo que le permitan abrirse una cuenta corriente.

«Dijo que nadie quería abrirle una y la directora le recibió para negarle también la apertura de una cuenta en nuestro banco», explican. Según aseguran expertos consultados por ABC, «tener como clientes a determinadas personas no compensa ya que el Estado te pide muchas explicaciones sobre ellos». A día de hoy y según las palabras del hijo de Bárcenas y Rosalía Iglesias (53), el joven no tiene un lugar donde ingresar su dinero, aunque tampoco tiene trabajo. Ni novia.

2012, el año de la opulencia

Como cualquier padre, Luis quiso dar la mejor educación a su hijo. Por eso los años de bonanza le permitieron estudiar en ICADE y, tras licenciarse, Willy hizo las américas y se marchó a Estados Unidos. En los meses que pasaron entre la licenciatura de Guillermo y su viaje a Nueva York. El joven se fue con su padre a Armenia para particar el heliski. Durante el viaje, donde un helicóptero sube a experimentados esquiadores hasta cumbres con nieve vírgen y sin pistas, se gastaron en torno a 7.000 euros cada uno. Lo hicieron en marzo de 2012, cuando la Audiencia Nacional imputó al extesorero.

Tres meses después y ajeno a cómo su padre cada vez aparecía con más frecuencia en los titulares de prensa, Bárcenas quiso ser cantante. Guillermo, que tenía una cuenta en YouTube donde subía vídeos cantando con la agrupación «Willy Bárcenas y los jardineros», llegó a ser el compositor del himno del mundial del programa «Punto Pelota».

En octubre de ese mismo año ingresó en la New York Film Academy, donde eligió un curso de Filmmaking que costó 19.120 euros y que financió Ángel Sanchís, también extesorero del PP. Él mismo lo reconoció a La Sexta en una conversación telefónica donde alegaba que Bárcenas « era su amigo desde hacía 50 años ».

Guillermo lo tenía todo. Cumplía su sueño en Nueva York y su familia le financiaba sus gastos. Incluso había conseguido el amor, y de una aristócrata. Carla Figueroa Domecq, nieta de la condesa de Romanones, era su novia. Se veían poco, pero los viajes de El jóven a Madrid eran frecuentes.

Cárcel y declive

Cuando Bárcenas ingresó en prisión el 28 de junio , su hijo continuaba con su curso en Nueva York, que finalizaba en semptiembre. Desde la distancia cambió su foto de portada de Facebook por una imagen con su padre. La semana después de que fuera encarcelado, Guillermo llegó a Madrid para visitarle. Willy acudió el 7 de julio hasta la cárcel de Soto del Real con su madre, vio a su padre y comenzó su declive.

Tras acabar su curso de Filmmaking el 21 de septiembre, Bárcenas Jr. volvió a Madrid para instalarse en el piso de la calle Príncipe de Vergara donde vive con su madre. Allí estaba el día 23 de octubre cuando un hombre armado, un perturbado mental , y vestido de cura asaltaba la casa del extesorero, maniataba a Rosalía y Willy, que por circunstancias es ahora el cabecilla de la familia, se enfrentaba a él.

Ese asalto es una anécdota más en la campaña contra la familia. Que de vez en cuando aún recibe llamadas al telefonillo de vecinos o viandantes indignados, que solo les quieren insultar. Además de soportar el desprestigio, Willy ha visto como su novia le dejaba, quizá debido a la presión familiar. «La ruptura de mi hermana ha sido un alivio» , explicó a ABC Lucila Figueroa Domecq, quien confirmó que para su abuela esa relación había sido un motivo de disgusto.

Lidiar con esa frustración no debe ser fácil cuando nadie te quiere contratar. Si ser el hijo de alguien con poder parece ofrecer ventajas a la hora de buscar trabajo, no ha sido el caso de Guillermo. El joven ve cómo ninguna empresa española quiere tenerle entre sus filas, por eso está pensando en volver a Nueva York y buscarse allí la vida. «Uno de sus mejores amigos está allí», comentan. Y es que parece que los amigos es lo único que le queda al Bárcenas, el chico que no eligió acabar involucrado en una trama de corrupción. Una trama que no le permite ni abrir una cuenta corriente.

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