La Agencia Tributaria subasta 98 joyas embargadas a un único deudor

En la primera salen 98 piezas, valoradas en 500.000 euros y procedentes de un solo embargo a un único deudor, cuya identidad permanece en el anonimato, por parte de la Agencia Tributaria el pasado mes de enero. Casi la totalidad de las piezas están firmadas por Gregory. «Eso no es de extrañar -asegura un portavoz de Segre-, pues antiguamente las familias tenían como tradición comprar siempre a un mismo joyero, al que consideraban como su joyero de cabecera. De todos modos, también podemos encontrar lotes de relojes y otras piezas de marca no identificada, así como piedras sueltas».

Casi todas ellas son de los años 80-90, una época en la que en España se hacía joyería a conciencia, bien diseñada y bien hecha. «Se notan las modas, pero van a salir gargantillas , pendientes, sortijas y pulseras con unos precios magníficos para particulares, ya que las mismas, en cualquier joyería, costarían tres veces más. Otros precios son muy adecuados para profesionales por la calidad y el tratamiento de las piedras y de su diseño. Pues son joyas con mucha piedra», insisten desde Segre.

«Procedimiento coactivo»

En la Agencia Tributaria se resisten a confirmar la excepcionalidad de este caso, pues aunque la subasta de los bienes es una práctica que se suele hacer en embargos, casi siempre se trata de inmuebles. «Una vez que se comprueba la imposibilidad de pagar -nos comentan desde la Agencia-, nosotros acudimos primero a las cuentas, y luego vamos comprobando los diferentes bienes embargables , pues tenemos que seguir un orden. Es un procedimiento coactivo, pero al ser en este caso un bien tan especifico, hemos sacado la subasta a concurso, como ya se hizo con Yanes hace unos meses. Y así ponemos en manos de especialistas todo el proceso. Ellos valoran las piezas, las custodian, las exhiben y las presentan».

En caso de que durante la subasta se alcance el valor debido antes de finalizar, «inmediatamente se cancela y se devuelve el resto, pues no tenemos intención de lucrarnos -se asegura desde la Agencia-. Hay que tener en cuenta que el pago ‘‘en especies’’ no está contemplado por la legislación española, a no ser que se trate de un bien que interese directamente al Ministerio de Cultura o a Patrimonio, en cuyo caso sí se puede llegar a admitir».

Atención a las piezas que salen a la venta. Una gargantilla de malla en oro blanco y brillantes, con un diseño muy medieval, pero con peso y flexibilidad y un precio de salida de 4.500 euros ; otra con un diseño de hojas de parra por 7.600 euros. También, pendientes de brillantes y esmeraldas (4.800 euros), una gargantilla tipo Cartier (5.600) y una sortija con esmeralda central (4.000 euros).

Pieza histórica

Tras la subasta de la Agencia Tributaria, y ya por parte de Segre, se va a sacar a la venta nada menos que un reloj de bolsillo histórico, pues en su día perteneció al general Francisco Franco y que fue un regalo de Américo Tomás, entonces presidente de Portugal, en su visita a España en noviembre de 1961. Se trata de un Vacheron & Constantin con chatelaine y botonadura en oro y rubíes, de la joyería portuguesa Leitao. El reloj lleva una dedicatoria en la caja con su fecha, por lo que es especialmente apreciado por los coleccionistas. Su precio de salida está fijado en 25.000 euros.

La joya de esta segunda subasta es, sin duda, una gargantilla de diamantes tipo Riviere en blanco extra y 38 diamantes de perilla, con un precio de salida de 98.000 euros. Aunque también podemos encontrar broches de brillantes, pulseras de aguamarinas, sortijas con turquesas, perlas y una estupenda colección de relojes, entre los que figura un Swatch Diaphane One Tourbillon, por nada menos que 2.000 euros de salida.

Otra de las joyas que también llaman la atención, por su singularidad, es un broche atribuido a Sterlé con un cabujón central de zafiro de unos tres kilates y medio , con brillantes y turquesas, montado en cordoncillos de oro amarillo y con un precio de salida de 30.000 euros. El broche guarda una gran semejanza al que en su día regaló Francisco Franco a la entonces Princesa Sofía y que lució en el bautizo del Príncipe Felipe.