Eugenia Silva: «No sueño con casarme, para mí no es algo primordial»

–¿Costó que la convencieran para escribir este libro?

–¡Sí! Es que me siento un poco intrusa en el mundo de la literatura, del que yo soy gran fan. Leo mucho y aprecio mucho el trabajo de los escritores, por eso me dio muchísimo reparo escribir este libro con tan poca enjundia, como dicen en mi tierra, Extremadura. Pero no me tomo en serio este nuevo papel. Ni yo soy un icono al que todas las niñas tengan que parecerse, ni yo sé todo sobre moda y tendencias.

–¿Le teme a las críticas?

–Por supuesto. Y las habrá. Pero pienso que soy la primera modelo en España que escribe un libro así. Me gusta tomar la iniciativa en este tipo de cosas. Hace cuatro años creé mi «egoblog» ( «All about Eu» ), cuando ese formato era algo que no existía en España. Ahora hay una peste de blogs que ya ni sé cómo la gente lo soporta.

–¿Por qué a la gente le gusta tanto recibir consejos de los famosos?

–Es una continuación más de ese voyeurismo que son los blogs, Instagram, Twitter, las redes sociales y todo eso. La gente busca el no perfeccionismo de las «celebrities» y de las revistas de moda. Pero tienes que saber muy bien dónde acaba esa parcela de vida privada que quieres enseñar.

–¿Alguna vez se ha sentido subestimada por ser guapa?

–No, al contrario. Mi apariencia física me ha abierto muchas puertas. Pero la belleza no basta para triunfar, es efímera, cambia, se transforma y no puede ser tu pilar. Sin una buena base, no duras ni dos días en esta empresa.

–Óscar de la Renta la lanzó a la fama en 1997. ¿Qué queda de esa Eugenia?

–Queda todo. La base sigue siendo la misma. Y obviamente espero haber evolucionado. Pero mis principios son los mismos y Óscar lo sabe, me ha acompañado durante toda mi carrera.

–En el libro dice que su número preferido es el 13... ¿2013 es su año?

–Es que nací un 13 de enero. Es un número con muchas supersticiones, pero a mí siempre me ha traído muy buena suerte. Y sí, este año, el 13, me ha salido redondo.

–En «Las cuatro estaciones...» cuenta con la colaboración de Jordi Labanda. ¿Cómo fue trabajar con este mito de la ilustración?

–Jordi es amigo, los dos veraneamos en Formentera y vivimos en Nueva York. Hay muchas cosas que nos unen y él ya me había dibujado hace tiempo para varias revistas. Fue algo de cajón. Yo pensé que me iba a decir que no, porque está liadísimo y tiene mil proyectos, pero para él fue muy fácil porque me conoce muy bien. Es un favorazo que me ha hecho.

–De niña tuvo que llevar parche en un ojo. ¿Fue muy duro?

–Sí, sufrí mucho, mucho. Con parche y gafotas. Los niños se reían de mí.

–¿Entonces su vida es la historia del «patito feo» devenido en cisne?

–No, no, para nada. Simplemente soy muy miope, tengo astigmatismo y me han operado de estrabismo. Es que en realidad no se nace con la pestaña rizada, ¿sabe?

–¿Se ha reencontrado con alguno de esos niños que se reían de usted?

–No, no tuve el placer de esa revancha (risas). Sigo teniendo amigas del cole, pero ellas eran las que me trataban bien aún con parche.

–Usted tiene su productora de cine y un restaurante en Formentera. ¿Está preparando el camino para cuando tenga que bajarse de las pasarelas?

–No, no tiene nada que ver. Todo está unido. No me preocupa envejecer. Esta es una profesión de muchas edades. Una señora de 60 se identifica con Jane Fonda, no con una niña de 16. Así que no me preocupa. Y si me dejan de contratar ya me dedicaré a otra cosa.

–Dice que es mayor para casarse...

–Todo se saca de contexto. Las frases no se dicen con esa rotundidad. Pero creo que las bodas de princesa tienen una edad. Yo nunca soñé con casarme ni vestida de princesa ni de ninguna otra manera y no lo veo algo primordial en mi vida. Nunca me he planteado la fantasía de la boda perfecta o de cuento. Digamos que yo he empezado la casa por el tejado (risas).

–¿Y veremos una exclusiva con su bebé?

–No voy a ser de esas famosas que van tapándole la cara a su bebé con mantas y cosas de esas raras. Si su madre es conocida, que lo asuma. Eso es lo natural y lo más sano. Pero le aseguro que Alfonso, mi novio , no va a salir en una revista en plan tocándome la barriga.