Mayra Gómez Kemp: «Tenemos la televisión que nos merecemos»

–Ha pasado momentos muy difíciles, ¿cómo se encuentra en la actualidad?

–De momento, toco madera, bien. Acabo de tener lo que yo llamo «la última ITV» y todo ha ido bien.

–¿Cada cuánto tiempo tiene que pasar esa ITV?

–Cada tres o cuatro meses. Además, todos los días camino más de una hora, estemos a cuarenta grados o a menos diez. Hay que ir por delante del cáncer.

–Lo ha superado dos veces…

–He tenido dos cánceres; del primero se van a cumplir ahora cinco años y, del segundo, dos. Ambos tenían la misma causa, el haber fumado como fumé, pero cada uno fue por su lado, uno dio la cara y el otro se quedó escondido. Si no llega a ser por los médicos, el doctor Gutiérrez y la doctora Casado, que lo diagnosticaron, hubiera sido muy difícil de detectar. Se cogió a tiempo. El primer cáncer fue en la lengua y el segundo en la parte inferior de la amígdala de la garganta . Y eso que yo nunca me tragaba el humo. A pesar de ello tenía nicotina dentro del cuerpo. Cuando tenía dieciocho años nos metieron en la cabeza que fumar era un símbolo de la liberación para las mujeres. Hoy se habla claramente de lo perjudicial que es el tabaco y la gente sigue fumando. Ahora no soporto ni el humo.

–¿Tiene algún trabajo en estos momentos?

–Estoy colaborando desde hace cinco años con la televisión de Aragón en una tertulia del programa «Sin ir más lejos». Estoy muy contenta.

–La gente le sigue teniendo un gran cariño, podría seguir presentando programas, ¿o ya no le interesa?

–La gente me sigue queriendo. A raíz de hacer pública mi enfermedad se volcaron conmigo. Me paran por la calle para preguntarme cómo estoy y decirme que estoy muy guapa. La verdad es que yo me veo bien para mi edad. Pero ahora buscan gente joven para todo en televisión y en cine .

–¿Cómo ve en estos momentos la televisión?

–Creo que tenemos la televisión que nos merecemos, porque si la vemos, es que nos la merecemos. Yo no veo lo que no quiero ver, y no voy a poner nombre a nada. Nadie me obliga a ver nada. Tengo el mando a distancia y cambio… o apago y escucho música o leo un buen libro.

–¿Cómo emplea su tiempo libre?

–No tengo tiempo libre, con mi enfermedad me di cuenta de que si yo me ocupo, no me preocupo. Por eso siempre estoy ocupada. Tengo muchos libros y películas que ver y leer, y muchas cosas que hablar con mi marido.

–A propósito de su marido, Alberto; está sensacional.

–Tiene razón, tiene ochenta y cuatro años y está muy bien. Tiene el pelo blanco y una cabeza maravillosa. Está guapísimo.

–Alberto tiene dos hijas, una de ellas, casada con Joaquín, de «Pimpinela», ¿les hubiera gustado tener hijos?

–Sí, yo soy la suegra de «Pimpinela». En un momento determinado si me hubiera gustado tener hijos, pero en esos momentos no podía tenerlos.