Willy Trullás, el nuevo rey de la noche de Shanghái

Desde que llegó a China en 2007, Willy Trullás se ha erigido en un auténtico embajador de la cultura y la gastronomía españolas gracias a su buen hacer en los fogones, convirtiéndose en un personaje de referencia en la restauración de Shanghái. Así lo demuestra el éxito de su restaurante El Willy , que empezó en una encantadora villa colonial de la Concesión Francesa y se trasladó el año pasado a un lujoso edificio del Bund, el paseo fluvial de la ciudad, con impresionantes vistas a los futuristas rascacielos del distrito financiero de Pudong. Con este local de corte clásico elevado a la categoría de buque insignia de su marca, famosa por sus suculentas paellas y sus innovadoras tapas, el chef renovó la casa de la Concesión Francesa para montar en ella Elefante , un restaurante de cocina mediterránea donde no hay que perderse sus ensaladas con mozzarella ni sus pinchitos de cordero.

«En Shanghái hay que renovarse constantemente porque es un lugar que cambia muy rápido», explica a ABC Willy Trullás, quien también reina en la cosmopolita noche de esta vibrante megalópolis gracias a El Cóctel. Desde que abrió sus puertas en diciembre de 2009, esta oscura y acogedora coctelería es uno de los locales de copas más sofisticados de Shanghái y, probablemente, el único lugar de China donde se sirven kikos para acompañar la bebida . Pero para reponerse del alcohol, ya de madrugada, nada mejor que los apetitosos sándwiches mixtos con trufa que ofrece en su planta baja “Bikini”.

A dichos establecimientos se unirán en breve Tomatito, un bar de tapas con cocina española de vanguardia, y Clandestino, otra coctelería inspirada en las licorerías speak-easy de la Prohibición donde se servirán además vinos de alta calidad , como Oportos, que se podrán degustar entre el humo de un buen habano.

«La fórmula para seguir adelante se basa en entender el mercado. Tienes que vender calidad a precios razonables y ofrecer al cliente buena cocina, buena localización y buen servicio», desgrana Willy Trullás, quien importa el 70 por ciento de su carta: carnes de Australia y Argentina, pescado de Japón, Francia y el Atlántico y, por supuesto, aceite de oliva y jamón 5 Jotas.

Nacido en Barcelona en 1977, Trullás no creció en el seno de una familia con tradición gastronómica, sino textil. «Me gusta guisar porque me encanta comer», se sincera sin tapujos antes de recordar que, ya de pequeño, le fascinaba curiosear en las cocinas de los restaurantes. Desde que su madre le enseñara a preparar sus primeros espagueti con tomate a los 16 años, este chef ha pasado por la Escuela de Restauración y Hostelería de Barcelona, donde también estudiaron Sergio Arola y José Andrés, y se ha fogueado en restaurantes de Francia como Georges Blanc, que tiene tres estrellas Michelín, y de Nueva York como Aquavit. En Barcelona fue el chef de Buzzing, un pequeño local del Barrio de Gracia , hasta que en febrero de 2007 dio el salto a China, donde empezó cocinando las degustaciones gastronómicas organizadas por Bodegas Torres con motivo del Año Cultural de España antes de montar su propio negocio con otros socios.

« El tapeo, que se basa en compartir, funciona en China porque se parece al concepto de la gastronomía asiática, donde también hay muchos arroces y pescados», señala el cocinero, quien ha hecho de “la restauración un estilo de vida porque es un mundo muy vocacional: o te apasiona o no funciona”. Más que un chef, Willas Trullás es un embajador de la cultura española porque, a sus habilidades como chef, se suman su carácter desenfadado y cordial con los clientes y el atractivo diseño de sus locales, que es obra de su hermano Max y marca tendencias en Shanghái.