Virginia Roberts escribirá un libro donde contará sus encuentros sexuales con el Príncipe Andrés

El tercer hijo de Isabel II ha tenido que suspender sus vacaciones de esquí en Suiza, donde se solazaba junto a su hija menor y su ex esposa Sarah Ferguson en un chalet de 28.000 euros de alquiler por semana en Verbier, para preparar su defensa en Londres. Se espera que en hoy mismo rinda cuentas ante su madre, la Reina Isabel II. El asunto se va agravando por la tenacidad de la acusadora y porque el nivel de detalle que ofrece hace verosímil su historia. Roberts, de 30 años, ha asegurado a la fiscalía federal que fue obligada por el magnate neoyorquino Jeffrey Epstein a mantener relaciones sexuales tres veces con el Duque de York cuando tenía 17 años y era menor de edad. La crisis que ha abierto su testimonio ha obligado a Buckingham a emitir tres comunicados de desmentido desde el pasado viernes, algo inhabitual.

El tercer comentario de palacio fue para desautorizar al padre de Virginia Roberts, quien aseguró a la prensa tabloide inglesa que su hija le contó que estaba «muy emocionada» después de haber sido presentada a Isabel II en Londres. «No hay nada que sugiera que eso es verdad. No tenemos registros de ese encuentro», ha zanjado Buckingham.

Durante el fin de semana también se ha publicado que Epstein habría pagado 15.000 dólares a Virginia Roberts por dormir con el Duque de York en 2001. El príncipe Andrés aseguró el pasado viernes que nunca ha tenido contactos sexuales con menores y un comunicado de palacio lo ha remarcado así: «Negamos enfáticamente que el Duque de York haya tenido cualquier forma de contacto sexual o relación con Virginia Roberts. Cualquier testimonio en sentido contrario es una falsedad sin fundamento». Pero lo cierto es que existe una fotografía de Andrés junto a la joven, tomada en Londres en 2001. En la imagen ciñe por la cintura a la chica, de 17 años, que posa con el ombligo al aire y muy sonriente en presencia de Ghislaine Maxwell, la hija del malogrado magnate de la prensa Robert Maxwell, que hacía de madame para la trama de abuso de menores de Epstein. La profusión de detalles que va ofreciendo Virginia Roberts está acorralando a Andrés. Ha contado que le fue presentado en 2001 en el club Tramp de Mayfair, donde protagonizaron un tórrido baile. Luego subió al piso de Ghislaine en Knightsbridge con él y se bañaron juntos, momento en que el Duque de York le chupó los dedos de los pies, según el pormenorizado relato de la denunciante. De allí pasaron al lecho. «No fue una violación, pero tampoco fue amor», cuenta Roberts.

Según datos que ha aportado el FBI al juzgado de Florida, Epstein amenazó a las menores de su red de prostitutas con que les podían suceder «malas cosas» si se sumaban a las acusaciones contra él y ofreció protección y cuidado a las que guardasen silencio.

Por su parte Sarah Ferguson salió ayer en defensa de su marido. Ataviada de esquiadora en el resort de lujo de Suiza, declaró que Andrés es «un gran hombre, el mejor del mundo» y aseguró que «el mejor momento de mi vida fue casarme con él en 1986». Ferguson, que mantiene una excelente relación con su ex marido, afirma que «los York estamos muy unidos». Lo cierto es que la controvertida Sarah también tiene su enredo con Epstein, pues fiel a su escasa discreción, ella misma desveló en su día que el magnate le abonó 15.000 libras de las 78.000 que adeudaba a su servicio. La prensa inglesa considera un error de Andrés haber contraído ese favor con Epstein y haber seguido manteniendo relaciones con él tras su condena por pedófilo en 2008. «The Times» es concluyente en su condena del poco juicio del Duque de York y una de sus columnistas escribía el lunes que ni Homer Simpson habría sido tan torpe.

Por su parte, Adam Dershowitz, un ilustre abogado, antiguo profesor de leyes en Harvard, con quién Roberts también asegura que mantuvo relaciones siendo menor, lo niega todo y ha anunciado acciones legales para que se retire su nombre de la documentación que maneja en un juzgado de Florida la acusación de la Fiscalía Federal.