Cressida Bonas «no está preparada» para casarse con el Príncipe Enrique
Los rumores de su posible compromiso no dejan de aparecer en prensa. Sin embargo, la joven asegura a sus amigas que aún no es el momento para la boda
abc.es
Cuando la semana pasada el Príncipe Enrique de Inglaterra se dejó ver junto a Cressida Bonas de una manera natural, muchos interpretaron en esa espontaneidad un paso hacia el altar. Sin embargo, la joven inglesa repite, como ya ha hecho en otras ocasiones, que aún no ... es momento para bodas: «no está preparada para casarse», afirman en el diario británico «Telegraph».
Bonas, de 25 años, parece estar cambiando mucho su manera de ser, gestos que la prensa interpreta como sacrificios hacia el altar. Sin ir más lejos, Cressida abandonó su carrera como bailarina para trabajar en las oficinas de su padre, un currículum mucho más apropiado para una futurible «princesa». Pero Cressida aún siente miedo por enfrentarse a la Familia Real y a la presión que un compromiso desencadenaría, es por ello que, según el «Telegraph», «el Príncipe Enrique le ha dicho que la esperará hasta que se sienta preparada para el matrimonio». El diario recoge declaraciones de amigos de la joven, quienes afirman que Bonas repite la misma frase cada vez que le preguntan: «No quiero casarme aún».
Los expertos en Casa Real aseguran que el hijo del Príncipe Carlos, que cumplirá 30 años el próximo mes de septiembre, está en la edad en la que los miembros de las familias reales se suelen comprometer. Por otro lado, piensan que el hecho de que Cressida no conozca aún a la Reina Isabel II es una muestra de que no tienen prisa por comprometerse.
La falta de un compromiso oficial no significa que la pareja no esté enamorada. Cressida y el Príncipe mantienen una relación desde hace dos años y medio. La joven, perteneciente a una aristócrata familia inglesa, no dudó en perdonar a Enrique de Inglaterra cuando en el verano de 2012 aparecieron las fotos del hermano del Duque de Cambridge desnudo en un hotel de Las Vegas . Tras ese escándalo, el hijo pequeño de Diana de Gales comenzó una campaña de «lavado de imagen» acudiendo a actos benéficos y a viajes con la fundación de su madre.
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