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Sugerencias de fin de semana

Un trozo de París o Londres, aventura y buena comida a media hora de Madrid

El corredor del Henares ofrece diversión y entretenimiento para toda la familia gracias al Parque Europa de Torrejón de Ardoz y a los rincones cargados de historia de Alcalá de Henares

Un trozo de París o Londres, aventura y buena comida a media hora de Madrid ABC

Unai Mezcua

Hay un lugar de Madrid en el que se puede encontrar la Torre Eiffel, el puente de la Torre de Londres o la Fontana de Trevi separados por pocos metros. Se trata del Parque Europa de Torrejón de Ardoz, un área de 230.000 metros cuadrados donde reproducciones de los grandes monumentos de todo el continente están al alcance de la mano, acompañados de actividades para toda la familia y zonas donde tomar un refrigerio.

Situado a media hora en coche del centro de Madrid, el Parque Europa alberga reproducciones de una docena de monumentos europeos, entre los que también se encuentra un barco vikingo en homenaje a Dinamarca, una reconstrucción del puente del cuadro «El Puente de Arlés» de Vincent van Gogh, y un fragmento real del muro de Berlín.

El acceso al recinto es gratuito, si bien disfrutar de la mayoría de actividades que alberga, como la tirolina, el tiro con arco, el paseo en barca o el laberinto cibernético, no lo es. Los precios varían, pero no superan los diez euros y hay descuentos para grupos de más de treinta personas. Además, las plazas de aparcamiento que rodean al recinto están reguladas mediante parquímetro, por lo que dejar el coche cerca implica un pequeño desembolso. [ Consulta la lista de actividades y sus precios ].

Si se quiere comer dentro del recinto, se puede utilizar la zona habilitada para picnic y recurrir a las fuentes públicas repartidas por el parque. Además, hay un pequeño bar situado en la Plaza de España, donde también hay aseos.

Sin embargo, la mejor opción para comer es desplazarse a la cercana Alcalá de Henares, de cara a aprovechar la tarde visitando alguno de los lugares históricos que ofrece. Para ello, los mejores sitios se pueden encontrar en la Calle Mayor, donde el Indalo y el Maimónides (2 euros la caña con tapa) son una buena opción para tapear. Otra alternativa, ésta para los que prefieran comer de cuchara, es El Tempranillo, en la Plaza de los Santos Niños.

Tras reponer fuerzas, podremos bajar la comida visitando la casa natal y museo de Don Miguel de Cervantes, un edificio que, si bien data de 1956, permite hacerse una idea de la vida de la época, al haberse reconstruido siguiendo los cánones de la época. Solo la amplia colección de ediciones antiguas de El Quijote y otras obras de Cervantes en distintos idiomas hacen que ya merezca la pena la visita. Otros imprescindibles son la las ruinas romanas, el Palacio Arzobispal o la Universidad. Esta última, fundada en 1499 por el Cardenal Cisneros, es la semilla de la actual Universidad Complutense, y su fachada constituye un excelente ejemplo de arte plateresco. Sin embargo, lo mejor está en el interior: son sus patios, destacando el de Santo Tomás de Villanueva, herreriano, y el Trilingüe, donde se ubicaba la antigua escuela de hebreo, latín y griego. Un buen lugar donde concluir un sábado o un domingo diferente.

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