OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE
Rafael Azcona le hubiera dicho a Mingote: "No le pongas un pie escrito a ese dibujo, que se explica por sí solo". Y uno mira el cartel de Mingote para la película "Los muertos no se tocan, nene" y, desde luego, si algo le falta al cartel no es precisamente hablar: un niño perplejo con una trompeta en la mano recibe la educada bronca de una señora con el dedo muy, muy levantado, mientras que su marido aguanta un chaparrón que -en esta ocasión- no va con él; todos están ante un ataúd con dos velas.
Mingote, en el cine, ha hecho de todo, incluso escaquearse de él. Ha sido guionista, director artístico, actor, creador..., ha trabajado con Dibildos, con Mercero, con Camus, ha sido el alma de un largometraje de animación titulado "La puerta del tiempo"... Pero siempre dio la impresión de encontrarse más a gustillo envuelto en papel que en celuloide, y tal vez por eso algo tan absorbente y diabólico como el cine no consiguió tentarle hasta el punto de llevárselo por el sumidero. De su relación con el cine podría decirse que no fueron más que aventurillas, que se hicieron gracia mutuamente y que se permitieron alguna que otra andanza y algún que otro desliz... Su aparición en "La colmena", de Mario Camus, o "Suéltate el pelo", de Manuel Summers, o su participación en los guiones de "Españolas en París", "Vota a Gundisalvo" o "Soltera y madre en la vida", son en realidad divertimentos, pecados veniales en la obra inmarcesible y extraordinaria de Antonio Mingote, que tiene una naturaleza, una sustancia, en clara disidencia con la del cine, pues la viñeta discurre sin transcurrir mientras que la película, tantas veces, transcurre sin discurrir.
Lo más puramente cinematográfico que hizo Mingote fue una novela del Oeste, "Los revólveres hablan de sus cosas", donde estrujaba los clichés de las películas de vaqueros hasta que rezumaban una gracia surrealista, disparatada, delirante..., ésa que heredó de una generación irrepetible de humoristas, artistas y escritores (la que se conoce con el sospechoso nombre de "la otra generación del 27"), y que él ha conseguido estirar milagrosamente hasta ayer.
