Su regalo adelantado de Navidad y cumpleaños -fue confirmado como segundo piloto titular de Virgin el 21 de diciembre de 2010- hizo que, de repente, Jerome D'Ambrosio (27 de diciembre de 1985, Etterbeek) pasara a formar parte de la nómina de famosos de su país, Bélgica. A sus 25 años, D'Ambrosio supo lo que era pasar a ser el centro de todas las miradas. Antes incluso de que comenzara la temporada sus paisanos le paraban en la calle para felicitarle y darle ánimos. D'Ambrosio es el primer belga en la Fórmula-1 después de 17 años. Coge el relego de Philippe Adams, que corrió para Lotus.

Llega a la Fórmula-1 desde la GP2, competición en la que en la pasada campaña finalizó décimo. Aunque esta no será su primera experiencia con un monoplaza ya que participó en los entrenamientos libres en los grandes premios de Singapur, Japón, Corea del Sur y Brasil. También pilotó en los tests de jóvenes pilotos de Abu Dhabi con Virgint y Renault, ya que forma parte del programa de Gravity Sports Management, cuyo responsable es Gerard López, director de Renault F-1.

Su salto a la F-1 supuso un desembolso de al menos cinco millones de euros, abonados por sus patrocinadores a Virgin.

Su fichaje por Virgin tiene más implicaciones. El piloto belga es uno de los protegidos del director de Renault F-1, quien tendría en mente a D'Ambrosio con vistas a un posible volante en la marca del rombo. Además, si los resultados acompañan al joven piloto, su figura ayudaría a atraer más público al Gran Premio de su país, el que se disputa en el mítico trazado de Spa-Francorchamps. Muchos confían en que D'Ambrosio se convierta en el revulsivo que evite una posible desaparición de este circuito del calendario mundial.