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Una violación cada dos días en Madrid: crecen los casos por sumisión química en hombres y mujeres

La Comisión de Violencia del Hospital de La Paz alerta del incremento de víctimas que llegan al centro sin recordar cómo han abusado de ellos

Vídeo: La joven estadounidense Andrea Sicignano, última víctima de la violencia machista (ATLAS)

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En la región madrileña se produce una agresión sexual con penetración, cada dos días (221), como la de la americana Andrea Sicignano en Aluche; cinco delitos relacionados con la libertad sexual diariamente (1.776), tal y como reflejan los datos estadísticos del Ministerio del Interior respecto a 2017. En la capital, las violaciones con el empleo de sedantes con efecto amnésico han puesto en alerta al Hospital de La Paz , el recinto que centraliza los casos de agresiones sexuales que son denunciados en la ciudad.

Ana Martínez es la presidenta de la Comisión de Violencia de este centro hospitalario, un departamento que se puso en marcha en 2007 ante la incesante recepción de agresiones de toda índole a la unidad de Urgencias. «Cada vez llegan más casos de violaciones por sumisión química. No tenemos una estadística porque es difícil de comprobar en el cuerpo, pero estimamos que entre un 1 y un 2% del total [22 y 44 casos al año]. Es mucho y la tendencia crece desde 2015», señala la profesional sanitaria.

La víctima llega al centro sin saber qué le ha pasado . No se acuerda de nada. Despierta en un lugar extraño, desnuda o desnudo o con la ropa dada la vuelta; a menudo le han robado las pertenencias y sienten dolor en sus zonas genitales o el ano . Buena parte también presenta heridas o magulladuras. La fórmula habitual con la que el delincuente procede a dejar sin voluntad a su objetivo es, según cuentan los afectados a los médicos, a través de la ingesta de la sustancia en la bebida. Durante tres o cuatro horas, lo que dura el efecto de la droga, pierden el conocimiento.

La Unidad de Familia y Mujer (UFAM)de la Policía Nacional se encarga de investigar estos hechos. Pese a que este diario ha solicitado varias veces información al respecto, desde este departamento no están dispuestos a ofrecerla ni a confirmar o negar los datos sanitarios.

La Comunidad de Madrid lanzó en noviembre el Protocolo de Actuación ante la Sospecha de Sumisión Química porque, como recoge el propio documento sanitario, «en los últimos años se ha observado un incremento en el número de casos». La mayoría, informan, está relacionado con delitos de índole sexual, aunque también se emplean estas drogas para perpetrar robos, homicidios, sedación e incapacitación de personas mayores, enfermos o niños.

Drogados en el centro

En La Paz, como detalla la doctora Martínez, las agresiones sexuales con penetración que sufren las mujeres representan una media de 200 al año. En 2017, según el Informe sobre Delitos Contra la Libertad e Indemnidad Sexual del Ministerio del Interior , ha repuntado con 16 hechos consumados más, pasando de 205 a 221. «En los hombres es muy llamativa la estadística. Hemos pasado de tener 2 o 3 casos entre 2008 y 2015 a registrar en los últimos dos años 14», señala la especialista de La Paz.

El grueso de las violaciones masculinas suelen ser perpetradas por desconocidos en domicilios. Alerta Martínez de que últimamente han atendido a cuatro jóvenes, de entre 16 y 20 años, que tras salir por el centro, por la zona de Cibeles, acabaron violados de madrugada tras ser sometidos a sumisión química. El agresor, un hombre, les lleva a su propio domicilio. Después, ellos no se acuerdan de lo sucedido.

No siempre en el hospital dan con la sustancia química que la víctima ha inhalado o bebido –nunca hay evidencias de pinchazos– involuntariamente. «Casi todo son benzodiacepinas, escopolaminas, sedantes de vida media corta y que producen amnesia: propofol, midazolam,...», añade la especialista. Muchos jóvenes no denuncian porque les da miedo decírselo a sus padres; mujeres mayores tampoco porque les da vergüenza.

Bares, botellones...

La portavoz de la Federación de Asociaciones de Asistencia a Víctimas de Violencia Sexual y de Género, Mariti Pereira , corrobora el crecimiento de violaciones con el uso inconsciente de sustancias químicas. En esta plataforma atienden a más de 4.000 mujeres en toda España. En las capitales de provincia, sobre todo en Madrid, Barcelona y Valencia, indica, es donde más se detectan este tipo de acciones delictivas.

«Lo venimos percibiendo desde hace dos años a esta parte. Cada vez llegan más chicas jóvenes y adolescentes cuyo violador las ha sometido con drogas o las ha llegado a emborrachar de tal manera que se llegan a quedar semiinconscientes», manifiesta. Cuenta que les suele ocurrir en bares de copas, en reuniones de grupos de amigos, en botellones... «A veces las dejan en cualquier sitio, otras en una vivienda, o despiertan en el coche sin saber dónde están», añade.

Pereira resalta:«Muchas de estas víctimas nunca llegan a denunciar porque se sienten culpables. Creen que lo han provocado». Tanto ella como la especialista de La Paz recomiendan que cualquiera que pase por esta situación acuda a la Policía Nacional o al hospital nada más despertar para que pueda detectarse la droga y los fluidos en el cuerpo.

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