Los vigilantes apaleados del SER: «Me rompieron seis costillas, el tabique nasal y el tímpano»

Entre las 190 agresiones del año pasado destaca la sufrida por una mujer en diciembre. Después de sancionar a un conductor que se había pasado de tiempo en más de media hora, recibió un puñetazo que la dejó inconsciente en el suelo. El agresor, que pudo anular la multa previo pago de 4 euros, huyó sin asistirla ni llamar a una ambulancia. Este suceso ocurrió en el Barrio del Pilar , en el distrito de Fuencarral-El Pardo, señalado como uno de los más conflictivos.

«A una chica le tiraron un cubo de pintura por la cabeza, cualquier día vamos a lamentarlo», declara una víctima. «A mí me agarraron por el cuello y, cuando me iba a dar un puñetazo, apareció un compañero que evitó que me golpeara». Los vigilantes del SER, «preocupados por una situación insostenible», esperan la respuesta del Ministerio de Interior, habida cuenta de la reclamación elevada por el Consistorio y la que presentará próximamente la Comunidad de Madrid.

Los sindicatos alertan de que las mujeres son el blanco habitual de estas agresiones. Las controladoras, que suponen el 80% de una plantilla de 800 trabajadores, reciben nueve de cada diez agresiones . «Somos muy vulnerables», denuncian.

Aunque el Barrio del Pilar concentra la mitad de los sucesos, esta lacra se extiende por todas las zonas del SER , instalado en los nueve distritos del interior de la M-30 (Arganzuela, Centro, Chamartín, Chamberí, Fuencarral-El Pardo, Moncloa-Aravaca, Retiro, Salamanca y Tetuán). Uno de los últimos casos ocurrió en la calle de Serrano, cuando cuatro hombres sorprendieron por la espalda a un controlador. Estuvo ingresado tres días. Prácticamente nadie se salva de los ataques, mucho menos los parquímetros, que son destrozados.