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Ángel Antonio Herrera - CARTAS A LA ALCALDESA

Turistas

Estamos vaciando de vecindario el centro de la ciudad, entre todos, y así estamos en vísperas de lograr un parque temático

Dos turistan caminan con sus maletas por las calles del centro ISABEL PERMUY
Ángel Antonio Herrera

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No vamos a negar que es un gozo el ramo de valquirias que a menudo ocupan el Madrid del cogollo , porque están aquí esas chavalas de turistas, o bien porque han venido a la sombra de la Puerta del Sol a hacer un máster poco longevo. Un gozo para paseantes, y una apoteosis de la belleza. Total, alcaldesa, que ponen estas valquirias transeúntes mucho alegrón de criaturas doradas en el Madrid castizo, pero otra cosa es el laberinto de pisos turísticos que va minando por dentro el viejo Madrid, donde estas viajeras se hospedan a menudo. Estas, y otras, u otros.

Hay que poner arreglo a este desmadre de alquileres de patera , porque la legislación está a verlas venir, y porque la ciudad la construyen sus vecinos, y no una rubia o un rubio de Berlín que pasaban por aquí. Ya he preguntado yo a fondo en el Ayuntamiento si se puede sacar al alquiler turístico cualquier vivienda de la ciudad, mayormente cualquier vivienda del centro, que es donde está el jaleo, en general. Y ya me han dicho ustedes que, en principio, hay que tener un acceso a esa vivienda que no sea el acceso de portal, que es el de todos los vecinos. O sea, sí, y no.

Sé que hay muchas comunidades de vecinos, por Sol, por La Latina, por la órbita de los Austrias, que vienen armándose de actas de comunidad para que no le pongan de vecino un apartamento de alquiler que tiene mucho de acampada. Pero resulta que el Ayuntamiento y la Comunidad, alcaldesa, no acaban de acordar que los apartamentos turísticos vivan bajo una normativa severa, y no al mayor o menor arbitrio de una puerta de acceso a la calle o de un registro de actividad que pide poco o nada.

Estamos vaciando de vecindario el centro de la ciudad, entre todos, y así estamos en vísperas de lograr un parque temático donde siempre hubo sombrererías de barrio, zapateros de toda la vida, señoras galdosianas del quinto derecha, y una copa de artistas que se han venido a las orillas de Ópera, porque mola. Este último chollo inmobiliario, el del alquiler turístico, prepara su puntilla para el viejo Madrid irrecuperable. Eso sí, las valquirias resultan una delicia de foto, cuando pasan a comprar botellón de primavera en el chino de la esquina.

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