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Las plantas medicinales que cautivaron a Galdós y Blasco Ibáñez

El herbolario Lafuente lleva décadas ofreciendo a los madrileños una gran variedad de productos naturales para aliviar los dolores y mejorar la salud.

El hebolario conserva los cajones de madera originales donde se guardaban las plantas medicinales BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

Un pequeño establecimiento en la calle Pelayo número 70 lleva desde 1856 funcionando como herbolario , el más antiguo de Madrid. No tiene escaparate y la entrada es sencilla, con puerta de madera, decorada hace muchos años por José Bardasano. En su interior se encuentra una gran variedad de plantas medicinales , su especialización, y se pueden comprar hierbas envasadas, remedios para depurar, digestivos, hepáticos, tónicos, adelgazantes, pectorales, energéticos y alimentación ecológica, entre muchos otros productos.

Esperanza Nieto Benito está hoy al frente del negocio que su madre compró en 1986 a la familia Lafuente. “Mi madre fue una verdadera emprendedora. Éramos una familia amante de la naturaleza , que salíamos a coger setas, y a través de un cocinero, amigo común con la familia Lafuente, la propusieron quedarse con este negocio”, explica a ABC. Esperanza era muy joven, 16 años, y al igual que su hermana Rocío, aprendieron junto Arturo Lafuente muchas cosas de las plantas medicinales. “Arturo, ya mayor, se quedó un tiempo para enseñarnos y poder hacer la transición. Ha sido mi mejor maestro”, recuerda Esperanza. Con el tiempo ella estudió Naturopatía y su hermana Nutrición y Dietética. Ambas, al igual que su hermano, siguieron sus propios caminos. Después fue Rocío quien siguió los pasos de su madre y desde hace tres años se ocupa de la tienda Esperanza.

Heredaron de la familia Lafuente un vasto conocimiento en plantas medicinales. Los tres hermanos Lafuente (Encarna, Arturo y Enrique) mantuvieron durante muchos años el negocio familiar creado por su abuelo y seguido por su padre a quienes les gustaba mucho salir al campo a recoger hierbas medicinales y luego las secaban en la trastienda. Aprendieron desde niños a conocer y clasificar las hierbas y las flores y a dosificar las recetas para las distintas enfermedades. Iban mucho a la zona de San Rafael (Segovia). Arturo contó en alguna ocasión que en tiempos de su padre Carlos, a comienzos de siglo XX, pasaban por el herbolario Galdós, Blasco Ibáñez o Melquíades Álvarez . E incluso el rey Alfonso XIII , cuando iba a su dentista, entraba en la tienda y decía: “Vengo a oler todas las flores de España”.

“Hoy en día hay herbolarios por todo lado pero en los años 80 éramos pocos por todo Madrid, nadie creía en ello”, recuerda la propietaria. Además, al estar en la zona de Chueca, “fueron unos años muy duros , con mucha gente tirada por la calle”. Y recuerda con humor el lado cómico de reunir en la tienda “a la clientela fija, muchos de ellos personas mayores, con los travestis que estaban en el edificio de en frente”. Con los años las cosas han cambiado, ahora se prohíbe la manipulación de estas plantas, “ya no podemos coger nada del bosque y hay plantas cuya venta está prohibida, como la stevia, se han hecho grandes brutalidades”, afirma Esperanza, quien cree que “hace falta enseñar mejor y respetar las plantas”. En España “existen grandes restricciones, en Madrid en concreto”, añade.

Frascos de la fábrica de La Granja B.RODRIGO

Todavía se conservan frascos de cristal de la fábrica de La Granja durante mucho tiempo se guardaban las diversas hierbas y flores olorosas. Y hoy se pueden seguir observándolas, aunque son decorativos. Lo mismo ocurre con los muchos cajones de madera que llegan hasta el techo y almacenaban las plantas, con su correspondiente cartel identificativo. Ahora guardan productos embalados.

Aliviar dolores

Fue Carlos III quien a través de una orden obligó a los empleados del Jardín Botánico a facilitar gratis una hora al día las hierbas y plantas medicinales que se producían en la escuela de Botánica para que los madrileños aliviasen sus dolores.

En este herbolario también se ha ayudado mucho a los madrileños que acuden con los más diversos problemas. “Por ley ahora nosotros no podemos dar consejos pero tratamos de orientar a los clientes ”, reconoce Esperanza. En ocasiones son los propios médicos quienes recetan algunas plantas pero otras veces hay remedios más desconocidos por los sanitarios.

En este herbolario van entrando a buen ritmo los clientes, algunos viejos conocidos y otros nuevos. “Vengo a por levadura de cerveza para el pelo y las uñas”, dice una clienta. “Además es muy bueno para el sistema nervioso”, añade la dueña. Esperanza asegura que hay gente “que se cuida mucho” y algunos ingieren, por ejemplo, una buena dosis de energía con el desayuno a través de levadura, germen de trigo para la vitamina C y lecitina de soja para bajar el colesterol.

Muchas veces las personas mayores llegan a este establecimiento pidiendo cosas que han oído pero sin saber muy bien lo que es. Es el caso del epilobio “que además de tratar la inflamación de la próstata, puede subirte la líbido. Pero no todo el mundo puede tomarlo. A veces hay que tener cuidado porque por vergüenza ni siempre nos dicen para que lo quieren y puede resultar peligroso”, reconoce Esperanza. Situaciones complicadas se viven igualmente cuando ancianos con pocos recursos quieren hacer tratamientos que no los pueden pagar.

Entre las plantas más curiosas que encontramos en el lugar es la Rosa de Jericó , que se abre cuando se pone en agua. “Las personas se la llevan y rezan a la planta y la piden cosas”, explica. La Siempre viva “está muy de moda y es muy buena para las alergias” mientras que la cúrcuma “funciona como antinflamatorio” y la cayena “se utiliza para el dolor”. Y entre las plantas que más se venden, la manzanilla , “una antinflamatorio que se utiliza “tanto para el dolor de cabeza, del pie o de la barriga”. Esperanza recuerda que si existiese más información sobre los efectos de estas planta a veces los médicos no recetarían, por ejemplo, “la píldora a las jóvenes para tratar problemas de acné, me parece una barbaridad cuando existen plantas como el vitex ”.

En este herbolario aconsejan que las personas traten de depurarse al menos dos veces al año para el mejor funcionamiento de nuestros cuerpos. Y las hierbas y plantas medicinales, serán, sin duda, el complemento perfecto para tener nuestro cuerpo y nuestra mente en forma.

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