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Oleada de secuestros ficticios de niños en Las Rozas

Decenas de familias reciben llamadas sobre falsos raptos de sus hijos reclamando un rescate

Colegio de Los Olivos en Las Rozas De San Bernardo

ADRIÁN DELGADO

Las Rozas . 8.30 horas de la mañana. Fernando desayuna con su hijo pequeño antes de llevarle en coche al colegio. Sus dos vástagos mayores, de 15 y 13 años, ya se han marchado al instituto. Descuelga el teléfono fijo y escucha la voz lastimosa y entrecortada de un niño. «Papá, me han atracado. Estoy atado de pies y manos. Me han secuestrado », oye al otro lado. Acto seguido, un hombre con acento sudamericano le asegura que su hijo de 15 años está retenido «con los ojos vendados» en un lugar desconocido.

«No cuelgues, sigue mis instrucciones. Si no tu hijo pagará las consecuencias», le amenaza entre insultos. Fernando, completamente en «shock», no duda de que la voz que ha escuchado es la de su hijo. Sin embargo, acaba de ser víctima de un falso secuestro telefónico. El objetivo: robarle 10.000 euros en menos en unos minutos.

Los hechos , denunciados ante la Guardia civil, ocurrieron el pasado martes 17 de noviembre. No es el único padre de Las Rozas que ha

«Me dijeron que si volvía a cortarse el teléfono, mi hijo pagaría las consecuencias»

sufrido esta modalidad de extorsión. Tal es la oleada de llamadas amenazantes que el Ayuntamiento de este municipio del noroeste de la región ha enviado una carta a los colegios para informar a los padres sobre cómo actuar correctamente ante este tipo de delincuentes.

Su alcalde, José de la Uz (PP), se ha reunido con los mandos de la Policía Local y con distintos miembros de la Policía Nacional y Guardia Civil para tratar de frenar la alarma entre los vecinos . «Es importante mandar un mensaje de tranquilidad, pero también debemos ser conscientes y conocer que existe y puede darse este fenómeno delictivo», asegura el regidor.

Diez denuncias en un día

La semana pasada se llegaron a registrar hasta diez denuncias en un día. También se han detectado casos en Pozuelo o Boadilla del Monte, zonas con un alto nivel de vida.

Fernando cuenta a ABC como le obligaron a mantener la conversación de forma ininterrumpida. «Me obligaron a coger un documento de identidad y a ir a Madrid desde Las Rozas a hacer el ingreso. Al bajar al garaje se cortó la llamada y me dijeron que si volvía a ocurrir mi hijo pagaría las consecuencias », relata. Al otro lado del teléfono, un hombre violento que se hacía llamar «Renato», le indicó lo que tenía que hacer si quería ver a su hijo de nuevo «con vida»: «No intentes avisar a nadie e ingresa en el locutorio –le indicaron uno en concreto en Cuatro Caminos, en

Los extorsionadores siempre llaman con número oculto

Madrid– 10.000 euros». Un error –intentó transferir la cantidad con el pasaporte en lugar del DNI– impidió que el envío del dinero a nombre de un tal «René», de Santiago de Chile, se hiciera efectiva. «Me obligaron a volver a casa y a coger el DNI entre insultos y presiones de tipo psicológico», comenta.

A su regreso a Las Rozas se topó con una pareja de la Guardia Civil que notaron su estado de nervios. «Les escribí en un papel que habían secuestrado a mi hijo, su nombre y el instituto al que va», dice. Los agentes comprobaron que el menor se encontraba sano y salvo en el centro, ajeno al sufrimiento de dos horas al que acababa de ser sometido. Los agentes continuaron con la llamada para investigar la voz de los extorsionadores, que siempre llaman con número oculto. La pesadilla para este padre, y para varias decenas de ellos en las últimas semanas, acabó felizmente. Tampoco llegó a realizar el ingreso. «Pueden matar a alguien que esté mal del corazón», opina Fernando.

Recomendaciones

El Ayuntamiento recuerda en la misiva que la forma de actuar de estos delincuentes se basa en simular un secuestro de un familiar cercano solicitando a la víctima el pago de una cantidad de dinero para su liberación o para no hacerle daño. Las llamadas, según los expertos, se realizan de forma aleatoria. «No saben si en el domicilio al que llaman hay menores o si han salido ya hacia el colegio», explican desde el consistorio.

Su arma es el miedo . Utilizan un lenguaje con amenazas y presión, poniendo al teléfono la voz de la supuesta víctima que suele ser una grabación. Por ello lo mantienen poco tiempo al teléfono, y siempre en un tono de alarma, para darle veracidad. «Yo creí oír la voz de mi hijo», asegura Fernando. «La clave es mantener la calma, cortar la comunicación lo más rápido posible, localizar al supuesto secuestrado y avisar al 112», concluye la carta.

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