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El año de los divorcios políticos en Madrid

El distanciamiento de Cifuentes y Aguado, los díscolos de Carmena y las luchas en Podemos, claves del año

Sara Medialdea

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Un año cargado de desamor; ese podría ser el resumen político de este 2017 que da sus últimas boqueadas. La relación se enfrió sensiblemente entre PP y Ciudadanos en la Asamblea, y lo mismo le ocurre a la alcaldesa Manuela Carmena con parte de su equipo municipal. En la formación morada, las distintas corrientes también se han distanciado, especialmente anticapitalistas y la actual dirección, debido a los últimos relevos.

Comenzando por los populares, las sonrisas y el «buen rollo» que durante más de un año caracterizaron las relaciones entre la presidenta Cristina Cifuentes y el líder de Ciudadanos Ignacio Aguado se han desvanecido. Si en junio de 2015 fueron capaces de firmar un acuerdo de gobierno, esa «luna de miel» se ha truncado , tal vez por la rutina del día a día de la Legislatura. O tal vez por efecto de las preguntas cargadas de intención del diputado César Zafra, durante la comisión de investigación sobre la corrupción a la que fue llamada la presidenta regional.

Hubo previamente otros roces, del que no fue el menor el enfado de la presidenta cuando Aguado le «reventó» la presentación de los presupuestos de 2017 ante sus mismas narices , adelantándose con sus palabras a las de la presidenta durante la rueda de prensa en que ambos informaban de los mismos. Pero el paso de Cifuentes por la comisión de investigación fue considerado como un juicio paralelo en el que Ciudadanos hacía el papel de inquisidor general, algo que no gustó nada en el PP.

Política útil

Los de la formación naranja intentan sacar el máximo partido de sus 17 diputados y, sobre todo, de su papel de pieza imprescindible para que el PP consiga la mayoría suficiente para dar salida a sus iniciativas. Pero no dudan en pactar también con el PSOE y, ocasionalmente, con Podemos. Es lo que llaman «política útil», y se sienten reforzados en su línea de trabajo t ras el éxito de su formación en Cataluña. Pero Cifuentes no lo considera precisamente útil, sino más bien digno de crítica: «en 7 de cada 10 ocasiones votan con PSOE o con PSOE y Podemos, pero no con el PP». Por eso, no dudó en pedirles, en su última rueda de prensa del año, «más lealtad en el día a día».

Este no ha sido, no obstante, el único frente abierto por los populares, que también han vivido momentos de enfrentamiento con los diputados de Podemos. Especialmente, durante el debate de la moción de censura que le presentó la formación morada , y en la que la tensión dialéctica fue escandalosa.

MAYA BALANYÁ

Podemos se ha convertido en uno de los protagonistas de la actualidad política en la Comunidad, por muy distintas razones. Pero no siempre positivas. La última de las polémicas también está relacionada con el desamor : un evidente enfriamiento de la relación entre la corriente Anticapitalista y el resto de la formación. Por un lado, por la manera en que se han desarrollado las primarias en la capital para elegir nuevo secretario general de Podemos en Madrid.

El más votado ha sido Julio Rodríguez , exJEMAD y uno de los nombres con que se especula como candidato a la Alcaldía de Madrid, en caso de que Carmena decida no repetir. Pero a él se enfrentó la anticapitalista Isabel Serra , que consiguió un tercio de los votos de los inscritos a pesar de «los intentos de invisibilización» que denunciaban.

Los anticapitalistas se han visto también desplazados del consejo de dirección de Podemos Comunidad de Madrid y del grupo parlamentario en la Asamblea, donde varios de sus representantes han sido relevados por decisión del secretario general regional, Ramón Espinar , que allana así el camino al más que probable candidato Íñigo Errejón.

Plante a la alcaldesa

El frágil equilibrio entre corrientes dentro de Podemos amenaza con saltar por los aires. No mucho mejor están sus compañeros en el Ayuntamiento de Madrid: seis ediles dejaron plantada a Carmena en el pleno del 18 de diciembre después de que ésta decidiera cesar al concejal de Economía, Carlos Sánchez Mato , que se negaba a plegarse a las exigencias del ministro Montoro. Tres de ellos eran de IU, y los otros, anticapitalistas.

Mientras, el PSOE-Madrid estrenó secretario general, José Manuel Franco, que llegó con la intención de acabar con las familias y pacificar una federación con mucha personalidad.

El portavoz del grupo parlamentario, Ángel Gabilondo , se mantiene intelectualmente elevado sobre el conjunto pero, tal vez por ello, un tanto alejado de la actualidad. Ahora vive en medio de las quinielas que le sitúan tanto a la cabeza de la lista regional, para dar de nuevo la batalla a Cifuentes , como de número uno al Ayuntamiento, compitiendo con la veterana Carmena. Una duda que se resolverá en 2018.

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