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Derrumbe en la base de la Policía Municipal de Retiro

«¿Hace falta que un agente resulte herido para que arreglen la UID?», han denunciado desde el sindicato mayoritario CPPM

Parte del techo derrumbado en la Unidad Integral de la Policía Municipal de Retiro CPPM

M. J. Á.

Llueve sobre mojado en la Unidad Integral de la Policía Municipal de Retiro . Por segunda vez en quince días se ha vuelto a inundar con las primeras lluvias del otoño y, esta vez, se ha llegado a derrumbar parte del techo . «¿Hace falta que un Policía Municipal de Madrid resulte herido para que arreglen la UID de Retiro? Vergonzoso se cae ya hasta el techo », han denunciado desde el sindicato mayoritario Colectivo Profesional de la Policía Municipal (CPPM).

El edificio de chapa está lleno de deficiencias ya que carece del adecuado mantenimiento. Entre ellas, explica el portavoz de CPPM, las duchas, de escaso tamaño , insuficientes a todas luces para el personal. De las tres que hay para 155 agentes solo funciona una cuya alcachofa se sujeta al techo, mientras que en abril estaban operativas dos; la otra lleva años inutilizada. Además, el sumidero no traga bien, por lo que el agua les llega, fácilmente, hasta las rodillas, las mamparas están rotas , y ha habido un caso de contagio de papiloma, asevera.

Para más inri, la empresa de mantenimiento ha cambiado y «dice que los desperfectos antiguos los tenía que haber arreglado la anterior entidad», el colmo del surrealismo, indica Leal. «Para colmo, los compañeros se ven obligados a ducharse con agua fría porque el calentador es pequeño y viejo y solo da para tres o cuatro personas cuando a veces hay 30».

«En abril del año pasado las precarias instalaciones se anegaron: el fuerte aguacero derrumbó parte del falso techo y otra, quedó colgando, por lo que los cables quedaron al aire con el riesgo de cortocircuito . El área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid se comprometió a subsanar esas y otras deficiencias, y visto lo visto, no ha hecho nada de nada a pesar de nuestras denuncias», asevera, indignado el sindicalista. «Todo estar peor que en primavera», asegura Leal».

Estas dependencias prefabricadas eran de un centro de mayores que, al ser trasladados a otra sede, se conviertiron en la base policial de forma provisional. Han pasado diez años y ahí siguen, en la calle de las Cocheras, a escasos tres metros de las catenarias de Renfe, con el problema de ruido añadido y el consiguiente riesgo para la salud.

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