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Retiro

Una base de la Policía Municipal, anegada otra vez

Las primeras lluvias evidencian que no se repararon las goteras y que el deterioro del prefabricado de Retiro crece: solo funciona una ducha, el agua sale fría y las nuevas motos se dañan a estar a la intemperie, denuncia CPPM

El habitáculo de las garitas de Retiro ABC
M. J. Álvarez

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La Unidad Integral de la Policía Municipal de Retiro se ha vuelto a inundar con las primeras lluvias del otoño. Sucedió este domingo. El agua empezó a caer por el techo y convirtió el fluorescente en una pecera. Así lo asegura Julián Leal, portavoz del sindicato mayoritario Colectivo Profesional de la Policía Municipal ( CPPM ). Llueve sobre mojado y nunca mejor dicho.

«En abril del año pasado las precarias instalaciones se anegaron: el fuerte aguacero derrumbó parte del falso techo y otra, quedó colgando, por lo que los cables quedaron al aire con el riesgo de cortocircuito . El área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid se comprometió a subsanar esas y otras deficiencias, y visto lo visto, no ha hecho nada de nada a pesar de nuestras denuncias», asevera, indignado el sindicalista. «Todo estar peor que en primavera», asegura Leal».

Estas dependencias prefabricadas eran de un centro de mayores que, al ser trasladados a otra sede, se conviertiron en la base policial de forma provisional. Han pasado diez años y ahí siguen, en la calle de las Cocheras, a escasos tres metros de las catenarias de Renfe, con el problema de ruido añadido y el consiguiente riesgo para la salud.

Falta de mantenimiento

El edificio de chapa está lleno de deficiencias ya que carece del adecuado mantenimiento. Entre ellas, explica el portavoz de CPPM, las duchas, de escaso tamaño, insuficientes a todas luces para el personal. De las tres que hay para 155 agentes solo funciona una cuya alcachofa se sujeta al techo, mientras que en abril estaban operativas dos; la otra lleva años inutilizada. Además, el sumidero no traga bien, por lo que el agua les llega, fácilmente, hasta las rodillas, las mamparas están rotas, y ha habido un caso de contagio de papiloma, asevera.

Cables a la vista ABC

Para más inri, la empresa de mantenimiento ha cambiado y «dice que los desperfectos antiguos los tenía que haber arreglado la anterior entidad», el colmo del surrealismo, indica Leal. «Para colmo, los compañeros se ven obligados a ducharse con agua fría porque el calentador es pequeño y viejo y solo da para tres o cuatro personas cuando a veces hay 30».

El portavoz de CPPM indica que tras la inundación de abril pasado, acudieron a visitar la unidad el director de Seguridad y el concejal de distrito, Nacho Murgui . «No daban crédito», precisa. Después, les comunicaron que serían trasladados a unas nuevas instalaciones adecuadas a la función que desempeñan, pero, se pregunta: «¿Mientras tanto, qué? ¿No van a subsansar las deficiencias?. Así no se puede trabajar».

CPPM se queja también del deterioro que sufren las motos nuevas de tres ruedas que les han entregado, al tener que estar a la intemperie por carecer de garaje. «Se gastan un dineral en aire acondicionado en verano y calefacción en invierno porque el barracón, que es alquilado, es de chapa, recubierto por un falso techo, un coladero de calor y de frío».

El listado de quejas es interminable: las sillas carecen de reposabrazos, el agua que cae junto a secamos, con el peligro de calambrazos... «Un día ocurrirá una desgracia si nadie lo remedia», aventura Leal.

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