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Luis Ojea - Cuaderno de viaje

Tratamiento equivocado

Lo que necesita este partido es un liderazgo sin hipotecas del pasado

Un mal diagnóstico y un tratamiento equivocado pueden agravar mucho la situación del enfermo. Es lo que ha acabado pasando en el PSdeG. Era muy ingenuo pensar que se podía afrontar una patología como la suya con unas primarias. De hecho, no solo no han sacado al partido de la espiral autodestructiva en la que está inmerso sino que han acabado exacerbando las viejas guerras cainitas que han fracturado estos últimos años la organización. Sea cual sea el resultado este fin de semana el socialismo gallego saldrá aún más debilitado de cara a las autonómicas.

Estas semanas de cuchilladas cruzadas solo han servido para volver a sacar a la luz todas las miserias del PSdeG, no para perfilar una alternativa de futuro para el partido. Se está obligando al militante a escoger entre el testaferro del besteirismo y la marioneta de Caballero. Se le aboca a posicionarse en la guerra de facciones hurtándole un debate sereno sobre la posición de la organización en el actual tablero político. En contra de lo que intentaron hacer ver los candidatos, los afiliados socialistas no van a decidir si el partido es más o menos proclive a un entendimiento con las mareas. Lo que van a empezar a elegir es quién controla el aparato que negocie con los rupturistas.

Estas primarias además no proyectan al PSdeG al futuro, solo dirimen entre dos opciones del pasado. Ni Leiceaga ni Méndez Romeu representan la regeneración que precisa el socialismo gallego. Lo que necesita este partido es otro tipo de referente, un liderazgo sin hipotecas del pasado, que sea capaz de articular un discurso coherente para toda la Comunidad sin caer en los juegos de artificio del localismo ni en las trampas cortoplacistas del populismo. Y los que han estado en primera línea todos estos años aplaudiendo sucesivamente a Touriño, Pachi y Besteiro para no perder su sueldo carecen de la legitimidad necesaria para iniciar una renovación de esta magnitud.

Haber permitido durante meses que un personaje como Caballero moviese los hilos en el partido tiene su precio. El PSOE gallego lo pagó ya con un sorpasso en tiempos de Paco Vázquez y parecen dispuestos a asumir de nuevo el peaje. Las elecciones primarias de este fin de semana definirán quien podrá la cara para la derrota. Pero no solucionarán los graves problemas que lleva tiempo sufriendo el socialismo gallego.

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