Hazte premium Hazte premium

José Luis Méndez Romeu - Tribuna

Tiempo de estabilidad, tiempo de oportunidad

La prolongada hibernación del PSdeG, año y medio, será un lastre en las elecciones municipales, mientras que la mayoría del presidente Feijóo garantiza un largo tiempo sin sobresaltos

Suele aceptarse que la estabilidad política es más beneficiosa para la sociedad que la inestabilidad. Si es así, España y Galicia caminan en la dirección adecuada tras un año de parálisis institucional. Incluso la conflictividad social ha caído notablemente y las encuestas del CIS vuelven a reflejar los problemas tradicionales de los ciudadanos. Como si la tensión acumulada hubiese dado paso a un estado de tranquilo optimismo, adornado con buenos indicadores económicos e incluso mejora del empleo.

El acuerdo para la formación del gobierno central entre los dos grandes partidos, básicamente un intercambio de votos por tiempo, está resultando provechoso para ambos, más allá de los riesgos electorales inherentes a la operación. El acuerdo debería mantenerse al menos hasta la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas de 2019. Con la ventaja de un largo tiempo sin elecciones, todos los partidos políticos celebrarán congresos durante el presente año, reorganizando fuerzas y estrategias para esa gran confrontación que además testará la fortaleza de cada grupo político. Los dos partidos emergentes, agotado el efecto de la novedad, probablemente adoptarán estrategias más adaptadas a los resultados electorales.

En todos los lugares donde se formaron gobiernos de coalición o en minoría, se están verificando procesos de estabilidad, el último ejemplo en Valencia. Incluso el País Vasco está desarrollando una política constructiva y de perfil moderado. La excepción es Cataluña, donde el propio presidente Puigdemont ha adelantado su marcha y las elecciones se vislumbran ya en el horizonte inmediato, al tiempo que pierden fuerza las posiciones maximalistas. La eventual presidencia de Junqueras probablemente derivaría en mayor pragmatismo para afrontar las relaciones con el Estado y desandar el camino a ninguna parte emprendido por Artur Mas y aliados.

Galicia no es ajena a ese proceso de estabilidad, acentuado por la cómoda mayoría absoluta del gobierno gallego. Mejoran los indicadores económicos y el consumo, decrece la conflictividad. También aquí vivimos procesos congresuales de los partidos, si bien la prolongada hibernación del PSdeG, año y medio, será un lastre en las elecciones municipales. Los gobiernos minoritarios que gobiernan cinco de las siete ciudades, han logrado estabilizarse, con mayor desgaste para sus respectivas oposiciones, que deberán buscar nuevos candidatos. El presidente Núñez Feijóo, cuyas posibles ambiciones en Madrid se han visto bloqueadas por el nuevo escenario de estabilidad, se resigna a su cómodo pedestal mientras espera otra oportunidad. Goza de una mayoría tan amplia que su grupo parlamentario triplica al siguiente, lo que garantiza un largo tiempo sin sobresaltos.

Tras doce meses agónicos políticamente y crispados socialmente, en pocas semanas se ha instalado una Pax popular sin alternativa a la vista. Tiempo de estabilidad pero también de oportunidad para las reformas aplazadas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación