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Luis Ojea - CUADERNO DE VIAJE

El reino del disparate

Da la impresión de que los peones de Besteiro quieren desmarcarse de la herencia envenenada que recibieron

Algo se está moviendo en el socialismo lucense. En la misma semana la alcaldesa ordena demoler O Garañón y Darío Campos pacta la reincorporación de Manuel Martínez al equipo de gobierno de la Diputación. Ni parece casual ni baladí la coincidencia. Da la impresión de que los peones de Besteiro quieren desmarcarse de la herencia envenenada que recibieron. Que asumen que su mentor no será capaz de volver a la primera línea del partido y que pretenden iniciar su propia senda distanciándose de dos de los casos más oscuros de su gestión.

Hasta hace bien poco Gómez Besteiro seguía controlando desde la sombra cualquier movimiento en el ayuntamiento y el Pazo de San Marcos. Méndez y Campos no movían un papel sin la aquiescencia de su exjefe. Pero algo ha empezado a cambiar. Y ambos, y a la vez, le enmiendan la plana a su padre político. Quizás buscando la expiación y preparando el camino para las próximas citas electorales tras los sonados fiascos cosechados últimamente en la circunscripción lucense. El PSdeG está tan hecho añicos en Lugo que cuentan que en la última asamblea poco menos que se llegó al insulto. Demasiadas viejas facturas pendientes de cobro. La defenestración de Orozco entregándole la cabeza a la Marea abrió al partido en canal y el grotesco episodio de la pérdida y posterior recuperación del gobierno provincial dejó todavía más heridas sin cicatrizar. Ahora, con Besteiro fuera de juego, la alcaldesa y el presidente de la Diputación tratan de dejar atrás el pasado a costa de enterrar a su mentor.

A una y a otro les queda mucho trabajo de artificieros. La orden de demolición de O Garañón no cierra la polémica porque el promotor negociará la construcción de un nuevo edificio bajo la amenaza de exigir una millonaria indemnización. Y la reincorporación de Martínez al gobierno de Campos tampoco pacifica la Diputación porque los damnificados por su regreso, siempre proclives a la conspiración, buscarán recuperar el protagonismo que ahora se ven obligados a ceder. Pero ambos casos son un símbolo. La metáfora de que algo se está moviendo. Méndez y Campos han empezado a deshacerse de los cadáveres. Quizás no se haya consumado definitivamente el divorcio, pero el socialismo lucense comienza a romper lazos con Gómez Besteiro.

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