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El PSdeG se desmarca de la idea de Iceta de condonar deuda a Cataluña

El expresidende Touriño cree que es una «mala práctica» que «rompe la disciplina fiscal»; y Caballero emplaza la discusión a una negociación «multilateral»

Touriño y Caballlero, en los pasillos del Parlamento de Galicia MIGUEL MUÑIZ
Mario Nespereira

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Más distancia que interés. Así es como reaccionan los socialistas gallegos ante la idea del PSC de condonar a Cataluña una parte de su deuda . La propuesta, anunciada por Miquel Iceta en el fragor de la campaña electoral del 21-D, ha despertado cierta frialdad y algunas declaraciones críticas por parte de voces autorizadas del PSdeG, inmerso este viernes en una jornada de debate sobre el modelo de financiación autonómica: la reforma en la que Galicia se juega el pan y la sal para sufragar sus servicios públicos.

Sin ir más lejos, el expresidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño ha aventurado que una posible quita a la Generalitat constituiría una «mala práctica política». «Rompe el principio de disciplina fiscal» , ha subrayado en una comparecencia pública junto al nuevo secretario xeral del socialismo gallego, Gonzalo Caballero. Y es que la posición del PSdeG se mueve dentro de una serie de coordenadas. Esta mañana Caballero las ha repasado una a una, y anteponen la «solidaridad», la «igualdad» y la «equidad» entre españoles antes que las «fórmulas de privilegio» para ningún territorio . Dentro de ese marco, todo está sujeto a una negociación «multilateral», ha opinado el economista vigués.

Pero Touriño ha sido contundente. Alejado de la primera línea de la política, se ha dejado ver en el Parlamento para desgranar los peligros que acechan a Galicia en caso de que la reforma se acabe escorando hacia la «asimetría». El líder del bipartito que gobernó la Comunidad entre 2005 y 2009 ha reconocido que algunos ejecutivos han acusado un «endeudamiento excesivo» como resultado del impacto de la crisis, aunque también de la falta de «responsabilidad fiscal» que se le presupone a cualquier gestor público. Por eso, ha remarcado, el globo sonda de Iceta supone un «mal principio» . Cosa distinta sería que, «en el futuro» y «dentro de una revisión a fondo del modelo», se tenga que practicar «algún tipo de reestructuración» de la deuda, ha terciado. En todo caso siempre condicionada a un «pacto estable» por el reparto de la hucha común.

Los socialistas gallegos rescatan de su argumentario el adjetivo federal. La suya es una apuesta por un sistema en el que las agencias tributarias del Estado y la Comunidad Autónoma se puedan «consorciar», y poder establecer así un régimen de «corresponsabilidad»: hacerse cargo de la recaudación de igual medida que los gastos. Así lo ha detallado Touriño. Caballero, sin embargo, ha resultado más tibio respecto al discurso del PSC. El secretario xeral ha señalado que todas «las claves» se pueden tener en cuenta una vez se hayan puesto encima de la mesa de negociación . Sean cuales sean. Dentro del diálogo, «las compensaciones pueden darse», ha deslizado, cuando se haya alcanzado un acuerdo basado en la igualdad y la distribución justa de los recursos.

En esto sintonizan plenamente tanto Caballero como Xoaquín Fernández Leiceaga. El portavoz parlamentario cuestionó los derroteros de Iceta e hizo un llamamiento el pasado a lunes a no fomentar el «riesgo moral» en la financiación de las autonomías. «No se puede premiar a los que se endeudaron más», resaltó, dejando una puerta abierta a una hipotética quita, aunque una objetiva y universal: «Para todos igual y por porcentaje de PIB» .

El papel de la Xunta

Todo parece indicar que la reforma será utilizada por los partidos para testar la influencia política de Alberto Núñez Feijóo en un reto de tanto calibre. Hasta el momento, el presidente de la Xunta se ha pronunciado a favor de fortalecer los criterios de dispersión, envejecimiento y el coste efectivo de los servicios, con guiños a las comunidades cumplidoras. Y todo a lo largo de unas semanas en las que ha demandado al Estado «claridad» para conocer las cifras del cupo vasco.

Todas son reacciones timoratas, según los socialistas. «Por supuesto que hay que pedir más transparencia, pero creo que hay problemas de fondo que debemos afrontar», ha enfatizado Touriño. El antecesor de Feijóo echa en falta una «voz potente y clara» de Galicia en el escenario nacional , capaz de dar la cara contra el gobierno, con independencia del color político.

El partido, tres cuartos de lo mismo. En el decálogo que reveló este viernes Caballero, uno de los puntos habla falta de compromiso del PP con la reforma y de la «incapacidad por parte de la derecha» para entablar un diálogo fructífero en un «tema fundamental» para el país.

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