Hazte premium Hazte premium

Luis Ojea - CUADERNO DE VIAJE

Nacionalismo desnortado

El nacionalismo gallego ha sido un movimiento históricamente acomplejado frente a las corrientes secesionistas que han ido surgiendo en Cataluña o el País Vasco

El nacionalismo gallego mezclado con Bildu y la CUP en la antesala del 25 de julio, pero incapaz de organizar un acto conjunto de las distintas facciones galaicas de la caverna . Cada vez es más abracadabrante lo que brota de ese mundo. Un universo sumido en una deriva radical, cada vez con menor respaldo social y buscando artificios de imagen en el exterior ante la frustración de verse reducido a un papel residual en el tablero autonómico.

Ver a Beiras con Gabriel y Beitialarrangoitia resultará muy descriptivo, aunque en realidad no es nada nuevo. El nacionalismo gallego ha sido un movimiento históricamente acomplejado frente a las corrientes secesionistas que han ido surgiendo en Cataluña o el País Vasco . Fuesen cuales fuesen sus matices ideológicos. Los coroneles de la UPG no tuvieron reparo en postrarse ante Pujol y Arzalluz. Y hoy las distintas fuerzas del independentismo gallego se pelean por codearse con la CUP y la izquierda abertzale. Antes y ahora, a derecha e izquierda, con una servidumbre siempre acrítica, alejada del mínimo atisbo de racionalidad, arropando planteamientos contrarios a los intereses de la comunidad. Produce vergüenza ajena la incoherencia e inconsistencia que demuestran al buscar una foto con quienes defienden sistemas de financiación prejudiciales para Galicia o quienes cuestionan las inversiones necesarias para la llegada de la alta velocidad ferroviaria.

Atrapados en su dogmatismo y acomplejados por sus menguantes resultados electorales, los independistas gallegos hace tiempo que fiaron su destino al avance del separatismo en otras latitudes, adoptando una estrategia de radicalidad condenada al fracaso . Cuando el Estado de Derecho desactive definitivamente el desafío secesionista en Cataluña volverán a quedar sin argumentos. Abocados a la misma frustración que supuso el fin del delirio del Plan Ibarretxe.

Entre aquello y esto, y por todo ello, el nacionalismo gallego se ha fracturado en mil pedazos. Nada queda de aquellas manifestaciones unitarias en Santiago de otros tiempos. Este año cada corriente celebrará el 25 de julio por separado, con actos entre lo absurdo y lo cómico. Unos colgando frasecitas de árboles, otros diseñando hits musicales y el patriarca repitiendo su rancia homilía con figurantes exteriores. Una escenografía que en conjunto evidencia la deriva del nacionalismo gallego que le acerca al abismo de la autodestrucción.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación