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Mejorar la medicina a través de la ética

Las facultades de medicina borraron las humanidades de su catálogo pero la bioética se postula como imprescindible en la formación de futuros médicos

El doctor Francisco Barón, especialista en Oncología del CHUAC MIGUEL MUÑIZ

ROMINA ALONSO

En un momento en el que los avances médicos son cada vez mayores y más complejos a la hora de abordar enfermedades y patologías, algunos profesionales se preguntan si además de en técnicas no habría que avanzar también en el tratamiento ético de los pacientes. Este es el caso de un grupo de profesionales médicos que junto a la Sociedad Oncológica de Galicia (SOG) desarrollaron el libro «Bioética y Oncología. Una puerta abierta a la oportunidad» . Entre los responsables de este trabajo se encuentra el doctor Francisco Barón, un facultativo especialista del área de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña. Con esta publicación, Barón y sus compañeros tratan de defender la importancia de la empatía hacia los pacientes con cáncer .

A pesar de haber nacido en los años 70 y 80, la bioética comienza a ganar importancia en la actualidad. Los autores de este libro apuestan por ampliar los recursos que se dedican a esta formación, que frente a la biología molecular tiene un avance mucho más lento. Humanizar el trato al paciente, conociendo su situación social y sus problemas puede favorecer en gran medida al tratamiento y los resultados que este tenga en su salud, por lo que es fundamental que los médicos tengan conocimientos sobre bioética. El inicio de esta idea surgió en un curso organizado por la Sociedad Española de Oncología. Los asistentes eran residentes y por primera vez se realizó una sesión informativa sobre bioética. La discusión y debate que se generó fue suficiente para afirmar la necesidad de disponer de más material sobre esta disciplina. «La bioética es un complemento a la técnica, el uno es fundamental para el otro», explica el doctor Barón. Al poner en práctica las dos de manera paralela, la atención del paciente es total.

Los beneficios que esta disciplina genera no son únicamente buenos para el paciente sino que al trabajar con el enfermo y no por él, realizando el proceso de toma de decisiones en común, los médicos se ahorran el 25% de los problemas que, normalmente, se generan en un hospital y que tienen como causa principal la ética . Lo fundamental aquí es tener capacidad para transmitir la información necesaria para que el paciente comprenda lo que le ocurre de una forma clara y concisa, intentando evitar utilizar tecnicismos y agobiar con demasiados datos. Seleccionar el tratamiento al que se va a someter de manera conjunta es lo ideal. El doctor Barón explica que esto es difícil cuando «no hay continuidad asistencial» o cuando el médico considera que están por delante «los valores del tumor frente a los valores del paciente».

Formación específica

Las facultades de medicina fueron eliminando progresivamente asignaturas como humanidades médicas o filosofía de su programación académica, lo que dirigió claramente la formación de los futuros médicos hacia la excelencia técnica pero dejando completamente olvidado un asunto fundamental como es el trato al paciente. Ante esta realidad, Barón lo tiene claro, «no tratamos tumores, tratamos a personas que tienen tumores y que están sufriendo» , recalca. El doctor explica que no se debe tratar a los pacientes como si se tratase de “un taller de automóvil”, pues cada uno tiene una realidad social.

Para remediarlo, el doctor Barón junto a la SOG propone la realización de cursos de formación y talleres en los que se potencie el aprendizaje por parte de los residentes en bioética, conociendo mejor aspectos tales como aprender a dar malas noticias , comunicación empática o acompañamiento del paciente . El modo de impartir estos cursos debe seguir las tendencias actuales de formación, con clases interactivas, estudios de casos e incluso el empleo de vídeos con series o películas que fomenten el debate sobre la ética de las técnicas empleadas.

Aunque este libro está enfocado hacia la oncología, un área en la que la sensibilidad es mayor al tratarse de una enfermedad tan compleja como el cáncer, cualquier otra disciplina médica debe aplicarla. La ética es transversal, alejada bastante de la verticalidad y fragmentación de otros conocimientos , lo que facilita su incorporación ante cualquier situación frente a la que se encuentre el profesional. Sin duda, merecedora de un lugar privilegiado en las facultades.

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