Las mareas locales, sin rumbo fijo

Podemos reivindica su marca propia y deja en suspenso repetir la experiencia de La Coruña,Santiago oFerrol en 2015. Los partidos confían en que la cercanía de la política local alivie las tensiones que se visibilizan dentro de En Marea

Los alcaldes de Ferrol, Santiago y La Coruña en un encuentro en Santiago MIGUEL MUÑIZ

MARIO NESPEREIRA

26/11/2017
Actualizado 27/11/2017 a las 09:35h.

Han pasado dos años y medio desde que el rupturismo se alzara con las alcaldías de Santiago, La Coruña y Ferrol , pero los partidos que entonces auspiciaron aquel triunfo no se han mirado todavía en el espejo de lo que quieren ser en 2019, cuando vuelvan a someterse al escrutinio de las urnas. Pactos estatales, candidaturas de unidad, alianzas puntuales... Todos los escenarios están abiertos para una sopa de siglas que no deja de poner a prueba su propia capacidad de resistencia dentro de En Marea : la supuesta —y cuestionada— hermana mayor de las plataformas locales.

Las primeras tomas de posición ya se han iniciado. La pasada semana, Podemos e Izquierda Unida sellaron un acuerdo a nivel estatal para forjar listas conjuntas en los ayuntamientos, lo que ha sembrado en Galicia alguna que otra incógnita sobre el futuro de modelos como el de Compostela Aberta o la Marea Atlántica, que dependen del «efecto bola de nieve» que se genera por la agregación de varias organizaciones.

El secretario de Organización de los comunistas en Galicia, Rubén Pérez, reconoce que el revuelo generado en lo últimos tiempos «se magnifica», principalmente porque Podemos e Izquierda Unida ya concurrieron de la mano en 2015 en muchas otras ciudades de España, sin que ello obstaculizara la formación de confluencias en Galicia. El también portavoz de la Marea de Vigo prefiere encuadrar las conversaciones entre ambas siglas en el radio de acción del Estado, pues aún otorga «muchas posibilidades» de que en el futuro se vuelvan a amalgamar todos los partidos de la izquierda radical en una sola papeleta . En el pasado, asegura, «fueron modelos exitosos que funcionaron electoralmente».

Eso sí, están sujetos a incorporar las lecciones aprendidas del pasado. Es el caso de Vigo, donde Podemos decidió no adherirse al proyecto encabezado por Pérez y la candidatura «Gañemos Vigo» restó 2.500 votos que potencialmente podrían haber recalado en una lista única. «Para nosotros, y es algo en lo que coincidimos todos, lo lógico es que solo hubiera una candidatura. Donde no fue posible, tendremos que trabajar con más ahínco», apunta el dirigente de EU, aunque niega que se hayan producido conversaciones. «Si no existen, tiene que haberlas», zanja.

Podemos, al contrario, no tiene tan claro que lo que mejor convenga a sus intereses sea la disolución dentro de candidaturas autodenominadas de «unidad popular». La secretaria general de los morados en Galicia, Carmen Santos, anticipa que seguirán al dedillo los documentos aprobados en la Asamblea de Vistalegre, y en los que se aboga por reforzar el perfil propio del partido. Santos, viceportavoz de En Marea en el Parlamento, apela a esa hoja de ruta para recordar que su partido se presentará a las municipales «con su marca». Después, vendrá el resto.

El partido de Pablo Iglesias quiere asegurarse así que las posibles alianzas se negociarán en pie de igualdad . O lo que es lo mismo: que su proyecto no será fagocitado por las dinámicas propias de una confluencia. Su líder en la Comunidad señala que trabajarán para configurar «candidaturas lo más amplias posibles» vinculadas a las mareas como si éstas fueran «un actor más». Y de paso, avisa: «Hay proyectos vecinales que no están dentro de la Marea y con los que ya tenemos cierta relación».

«Tendremos que hablarlo cuando llegue el momento», agrega Santos. La organización todavía está pendiente de cristalizar sus propios procesos internos. Hace dos años, la juventud de Podemos como organización les impidió extender su estructura por todo el territorio, así que decidieron entregar el capital de sus expectativas electorales a papeletas como la de Carmena, en Madrid; Colau, en Barcelona,o Ferreiro, en La Coruña. Ahora las circunstancias son distintas. Al desgaste producido por la cohabitación con otras formaciones se le suma la voluntad de formar cúpulas locales en cada municipio. Serán ellas las que tengan la última palabra sobre la unidad: «Dependerá de las relaciones que existan entre las nuevas direcciones orgánicas y los gobiernos municipales de las Mareas», sostiene Santos.

Las reservas de Podemos chocan con el optimismo de Compostela Aberta: uno de los símbolos del éxito de la suma de fuerzas. Miguel Penas, miembro destacado de la marca liderada por MartiñoNoriega, comenta que el debate sobre el 2019«no está abierto», pero que hasta ahora todas las organizaciones que se acogen en su seno «no han manifestado que no estén satisfechas, más bien al contrario». «Compostela Aberta en principio es un proyecto que llegó para quedarse y va a tener continuidad. Nadie cuestionó el modelo» , añade.

El ejemplo de EnMarea

Muchos de los fantasmas que se asoman por la vertiente municipal del rupturismo proceden de En Marea. La confluencia no deja de dar síntomas de extrema fragilidad . El último, tras el plantón de cuatro diputados de filiación nacionalista a una votación en la que se instaba a condenar el 155.

Dos de ellos eran de Anova, la formación de Antón Sánchez que menos reparos mostró a la hora de solidarizarse con el secesionismo, para incomodidad de sus socios. El propio Sánchez deslizó esta semana en las redes sociales una crítica al tacticismo de los partidos: «Las mareas no son de Anova, ni de IU, ni de Podemos. Son de las asambleas, de la gente que pelea en ellas todos los días. Y así debe seguir siendo».

Aún así, la mayoría coincide en que las turbulencias generadas por los ecos del «procés» pueden verse mitigadas en el ámbito local. Rubén Pérez se muestra convencido de que todas las diferencias «son resolubles, como lo fueron en el entorno de AGE», y Carmen Santos precisa que en lo municipal «seguramente será más fácil conseguir proyectos comunes para las ciudades» . «Si llegamos a acuerdos con la marea municipal del lugar, es indistinto quién esté dentro de ella».