Feijóo elige a la oposición

En nueve años de Presidencia de la Xunta, Feijóo ha visto pasar a seis dirigentes al frente del PSdeG . Touriño, el primero, fue también Presidente con 25 escaños y el 31,5% de los votos. El actual no es diputado, tiene 16 escaños y el 17,9% de los votos, siendo la tercera fuerza parlamentaria. Gozando de la única mayoría absoluta en España, Feijóo necesita la legitimidad de un acuerdo con los socialistas gallegos al menos en el debate de la financiación autonómica. Sabe que su opinión será considerada exclusivamente como parte del PP a menos que tenga el aval de un acuerdo con su oposición, una vez fraguada la alianza con los gobiernos de Asturias, socialista y Castilla-León, también popular.

Se trataría de presentar un bloque de resistencia ante la previsible presión de las Comunidades con más fuerza , esto es las más pobladas, como Andalucía o Madrid, con capacidad de presión suficiente para no empeorar y probablemente para mejorar, en función de la estrategia que se adopte con Cataluña. Se quiere impulsar la coordinación de los débiles del Noroeste, con planteamientos algo distintos de los débiles del Sur. Estrategia de pelotón, de suma de muchos antes que de convicción de argumentos. Estrategia probable de perdedores. Así lo verán los fuertes que no tendrán inconveniente en atender parte de las demandas de los pobres. Recordemos que en el debate de la financiación autonómica, las comunidades forales no juegan , Canarias tiene su propio marco fiscal, Madrid todas las prebendas de la capital, Andalucía la fuerza del tamaño, la población y el carácter de nacionalidad histórica mientras Cataluña está en otra cosa.

El carácter de Comunidad histórica que la Constitución en su Disposición Transitoria Primera reconoció a algunas Comunidades, hoy está reconocido en los respectivos Estatutos de Autonomía para ocho, desvirtuando ese carácter impreciso. Sin embargo en la tradición política se sigue considerando como principales Comunidades históricas al País Vasco, Cataluña y Galicia . Las dos primeras han hecho uso y abuso de ese carácter mientras que en Galicia sólo de manera ocasional se ha tenido presente.

Como acontece con Estados pequeños pero con diplomacia activa que consiguen influir en las relaciones internacionales, Galicia podría partir de ese prestigio histórico para liderar una posición propia y singular con voluntad de mediación en el resto de España, especialmente en asuntos como la financiación autonómica . En esa postura tendría sentido el acuerdo con la oposición, mostrando idea común de país ante un problema estratégico. De la forma planteada el miércoles pasado, poca duda existe de lo que acontecerá en el momento final: Feijóo y Caballero estarán alineados con sus respectivos jefes de filas , con nulo margen de maniobra para actuar al margen de ellos.

Mientras el BNG, Podemos y las Mareas se niegan a participar con pragmatismo en la elaboración de las políticas necesarias , PP y PSOE harían bien en levantar el vuelo y acordar sólo políticas que trasciendan la coyuntura electoral. Permitir que el Gobierno elija a la oposición que le conviene en una política de vuelo bajo no es el buen camino . Ni para quien tiene mayoría absoluta cómoda ni para quien necesita imperiosamente superar su larga crisis. Iceta y el PSC son el ejemplo a no seguir.